Había concluido la solemne entrega de las 17 Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes. El solemne acto se había celebrado en el Patio de los Austrias, de estilo renacentista, hoy cubierto por una bóveda acristalada, que permite su uso para actividades oficiales.
Una nutrida representación menorquina había arropado al barítono Joan Pons y a la alcaldesa Águeda Reynés que en nombre y representación del Teatro Principal de Maó, minutos antes, habían recogido las distinciones de manos de los Reyes Don Felipe y Doña Letizia.
Los asistentes tenían la oportunidad de conversar en las dependencias del Palacio Real del Pardo, edificio del Patrimonio Nacional con mucha historia, ya que fue la residencia de Alfonso XII, que falleció aquí en 1885; y del general Franco (1939-1975), escenario de las grandes decisiones políticas del franquismo.
Ya habían marchado cámaras y fotógrafos, porque había concluido el acto oficial, y solo quedaban los invitados. Era un momento tranquilo, de saludos y comentarios. «Este animado grupo de menorquines», como fue definido por Don Felipe, aguardaba para conseguir la 'foto de familia' con el Rey; el testimonio gráfico de aquella rápida visita a Madrid para compartir la jornada histórica en la que Menorca se llevó dos Medallas de Oro.
La 'herencia Balada'
El Rey asocia siempre Menorca a la 'herencia Balada'. Ya tuvimos la oportunidad de comentarlo en la recepción del Palau de l'Almudaina del 8 de agosto. Las últimas voluntades de Juan Ignacio Balada Llabrés sorprendieron a los entonces Príncipes de Asturias. Don Felipe preguntó en varias ocasiones: «Pero, este señor de Menorca, que quiere nombrarnos herederos, ¿exactamente quién es y a qué responde su decisión?»
La sorpresa fue mayúscula. Los asesores jurídicos de La Zarzuela estuvieron dando vueltas, muchos días, antes de firmar la aceptación del famoso legado. Una cláusula incluida por Balada en su testamento precipitó el acuerdo final: en caso de haberlo rechazado, la herencia de aquel desconocido inversor se habría esfumado al Estado de Israel. Con esta razón de peso, y para evitar más controversias, los Príncipes aceptaron.
Esta semana la Casa del Rey ha cerrado el proceso de donación a la Fundación Hesperia de los fondos que Balada, el hijo de «la senyora Nina, s'apotecària», dejó en herencia a Don Felipe y Doña Letizia, cuando eran herederos de la Corona, y a los ocho nietos de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía. De esta forma se ha cumplido la voluntad de los actuales Reyes de no quedarse con ningún dinero procedentes de aquella herencia, recibida en 2009, y de dedicar esos fondos a fines de interés social. Durante este proceso, los Reyes de España han pagado a la Agencia Tributaria un total de 682.544 euros en concepto del Impuesto de Sucesiones.
En el Palacio del Pardo, comentamos a Don Felipe que «esta vez no vamos a hablar de la 'herencia del señor Balada'; pero dos medallas de oro para Menorca bien se merecen una fotografía con usted de todos los menorquines que hemos venido a Madrid». Don Felipe nos indicó el lugar en el que debíamos situarnos. Y el diputado del PP por Mallorca Rogelio Araujo se convirtió en el improvisado y eficaz fotógrafo.
Pacto antiterrorista
A la misma hora que se entregaban estas máximas distinciones a las Bellas Artes de España, también en Madrid, a poca distancia del Palacio del Pardo, en otro palacio oficial, La Moncloa, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, firmaban el pacto antiterrorista contra el yihadismo.
Este acuerdo -el cuarto pacto antiterrorista entre partidos durante los últimos 27 años- parte de un planteamiento común, compartido por socialistas y populares: compatibilizar la libertad con la seguridad ciudadana.
La proposición de ley en la que se plasman las medidas acordadas por PP y PSOE ha sido registrada en el Congreso de los Diputados y permitirá que quienes cometan asesinatos con estos atentados terroristas sean condenados a cadena perpetua o prisión permanente revisable. Una cláusula incorporada por los socialistas expresa su discrepancia con la prisión permanente revisable y se reserva su eliminación cuando una mayoría parlamentaria lo permita.
La conversación
El secretario general del PSOE-Menorca y jefe de la oposición en el Ayuntamiento de Maó, Vicenç Tur, formaba parte de la delegación institucional que acompañó a la alcaldesa Reynés a la entrega de las Medallas de Oro de las Belleas Artes. El Grupo Socialista ha valorado esta distinción como un reconocimiento del Estado a la trayectoria de 185 años que ha protagonizado el coliseo mahonés a favor de la cultura y la tradición musical de Menorca.
En aquel patio cubierto del Palacio del Pardo, junto a los Reyes que atendían, amables, a los premiados y sus acompañantes, el presidente del Consell y del PP-Menorca, Santiago Tadeo, se dirigió a Vicenç Tur. Fue un momento importante, porque conversaron los responsables de las dos principales fuerzas políticas menorquinas. No existe testimonio gráfico, pero los dos líderes coincidieron en los retos, y los riesgos, de las convocatorias electorales del 2015. Tadeo y Tur no firmaron ningún acuerdo pero, más allá de la discrepancia, coincidieron en el respeto mutuo y la lealtad institucional.
PREGUNTAS DE LA SEMANA
¿Qué piensa Vicenç Tur de la destitución como secretario general del PSOE-Madrid de su mentor, Tomás Gómez, exalcalde de Parla?
¿Vicenç Tur está con Gómez, con quien trabajó en Parla, o con Sánchez, a quien no apoyó en las primarias contra Eduardo Madina?
¿Aplicará el PSOE en Menorca el mismo criterio: destituir a los candidatos a quienes las encuestas pronostican malos resultados?
¿Cuáles serán las próximas iniciativas del PP-Es Migjorn para llegar al fondo de la cuestión en las irregularidades urbanísticas?