Menorca es una de las trece áreas protegidas del Mediterráneo que ha sido seleccionada como zona piloto del proyecto europeo DestiMED, que busca definir y armonizar unos estándares de calidad en destinos turísticos con la naturaleza como atractivo, establecer unos sistemas de seguimiento y elaborar planes para manejar ese reciente concepto que es el ecoturismo, que no por ser más 'eco' tiene menos impacto.
La Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza propuso la isla para el proyecto, en su conjunto por ser reserva de biosfera, y en especial en el parque natural de S'Albufera des Grau. Sin duda una buena noticia, pero que contrasta con problemas más básicos que están por resolver, uno de ellos la financiación estable para cuidar, precisamente, de esa fauna que habita en la postal del turisteo verde. Se trata del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Menorca que gestiona el GOB y cuya contratación con el Govern expira este año. El único centro de estas características con el que cuenta la isla y que funciona desde 1998 en las Pedreres de s'Hostal, no solo cuidando a los animales heridos (más de 18.000 han sido tratados) sino también realizando tareas de educación ambiental.
La entidad ya puso en marcha hace unos años una campaña de apadrinamiento del hospital de animales para poder resolver sus problemas presupuestarios. Ahora reclama la adhesión del centro al Consorcio público para la Conservación de la Fauna de Balears. De no existir este hospital de fauna silvestre un territorio denominado reserva de biosfera debería de crearlo, y ya que está, sería justo que la Conselleria de Medio Ambiente le conceda los recursos suficientes, continuados y con garantías de futuro para su labor.