Sí, pasó el 23 de septiembre y no se acabó el mundo. Una vez más, las predicciones apocalípticas no se cumplieron. Claro que en España ni siquiera se conocía la noticia. En primer lugar, porque había otras noticias que ocupaban a toda la prensa. En segundo lugar, aunque se hubiera mencionado nadie se hubiera preocupado lo mas mínimo.
En eso hay una diferencia cultural grande entre Estados Unidos y España. En España lo de besar santos y pedir bendiciones a vírgenes aún se lleva mucho, pero el que alguien interprete la Biblia en una dirección u otra no preocupa a nadie. Es al revés en Estados Unidos, en donde las interpretaciones apocalípticas aún tienen gran impacto.
El 23 de septiembre de este año ha habido una alineación de planetas poco usual: el Sol estaba en la constelación Virgo, aquí entra la virgen, y la Luna cerca de los pies de Virgo. Júpiter estaba también en Virgo y Venus, Marte y Mercurio a la derecha de Virgo y en Leo. Esto han interpretado algunos que está de acuerdo con lo anunciado en el capitulo 12 del Apocalipsis. Dadas estas señales y alguna otra información de la pirámide de Giza, ya se montó el circo. Se anunció que el Planeta X iba a colisionar con la Tierra ese 23 de septiembre.
Este año han pasado cosas que ya se veían como un preludio a algo apocalíptico. La sucesión de huracanes que han causado incontables destrozos y muchas muertes. Naturalmente, la culpa era de los gays y las lesbianas, un inicio del castigo final.
Una conocida comentarista conservadora aseguró que es mucho más creíble que el huracán Harvey era el castigo por las lesbianas que fuera debido al calentamiento global.
La elección de Trump también llevó consigo temores apocalípticos en algunos. Es muy curioso que desde la elección una compañía de Texas que construye refugios para el caso de una guerra nuclear viera aumentado considerablemente su negocio. Esa es otra diferencia curiosa con España, ¿habría alguien aquí que se construiría un refugio de este tipo?
Pero es posible que más que preocuparse por lo que Dios decida sobre el planeta sería mejor que nos preocupáramos por lo que nosotros hacemos del planeta. En lugar de culpar a gays y lesbianas de los huracanes ya sería hora que se tomara conciencia de lo que está causando el calentamiento global e hiciéramos algo para aminorarlo. Pero con Trump los Estados Unidos se salen de los acuerdos de París, a la vez el presidente ha suspendido todas las medidas de Obama para regular emanaciones.
No es solo el calentamiento global. En este último mes hemos visto los estragos de los terremotos en Méjico. Destrucción masiva de edificios y varios centenares de muertos. Ha habido bastante información en las noticias, pero de lo que no he oído hablar es de lo que hacia la compañía de petróleo Petróleos Mexicanos (Pemex) en estos últimos meses. Según parece esta compañía emprendió una búsqueda sistemática y masiva de petróleo en seis estados usando fracking. Esto lo ha hecho sin comunicar problemas potenciales.
Se han abierto unos 900 pozos usando el fracking en diferentes partes del país, especialmente en Veracruz y en las vecindades de Oaxaca y Puebla. Evidentemente, sin un estudio detallado no se pueden atribuir los terremotos al fracking, pero tampoco se puede descartar esa hipótesis.
Ya en el colmo de disparates humanos, tenemos a dos jefes de Estado con la madurez mental de un niño de siete año, y que me perdonen los niños por esa analogía, con la capacidad de disparar bombas nucleares entre continentes. Kim Jong-un y Donald Trump se han pasado semanas insultándose y lanzando amenazas.
Desde aquí podemos ver la parte más ridícula incluso cósmica de esta relación, pero quienes están más cerca no lo ven así.
Colegas de Japón están seriamente preocupados. En el último lanzamiento del misil de Corea del Norte, las sirenas sonaron en Japón a las seis de la mañana para que todos los ciudadanos fueran a refugios. Esto debe crear bastante ansiedad.
Por tanto, no hace falta que Dios se preocupe de organizar el fin del mundo, Él ya sabe que nosotros lo haremos.