En las últimas semanas fue el momento de escribir la carta a Papá Noel o a los Reyes Magos, dependiendo del país en que uno está. Sea para quien sea, hay que escribir una carta pidiendo algo. Eso de pedir está cada vez más de moda y cada vez se pide más.
Realmente yo no tengo nada que pedir para mí. Soy muy feliz con lo que tengo y de momento lo único importante para mí es seguir así. Pero si miro alrededor, veo que sí hay muchas cosas que sería importante mejorar y es difícil hacer una simple lista. Pero me propuse hacer una lista de tres cosas a pedir por Navidad. Me llevó tiempo el seleccionar las tres cosas que me gustarían y sobre todo ordenarlas en prioridad, pero al fin llegué a un acuerdo conmigo mismo, lo que no es fácil.
Lo primero en mi lista sería pedir que se salve el planeta. Es lo primero, ya que si matamos la vida en el planeta, el resto ya importa poco. En este momento, tanto en Estados Unidos como en España, tenemos gobiernos a los que la salud del planeta les importa un comino. En Estados Unidos no disimulan sobre eso, en España sí. Cada día es más obvio en Estados Unidos que al gobierno no le importa nada lo que digan los científicos, todos los argumentos basados en ciencia son para ellos fake news.
Hemos llegado a tal punto en esta cuestión que el gobierno ha prohibido a la Agencia de Salud Pública usar en los presupuesto siete palabras o frases. Entre ellas están las palabras 'feto', 'vulnerabilidad', 'diversidad' y 'transexual' y las frases 'basado en la evidencia' y 'basado en ciencia'. Es ya el colmo de la estupidez. Pero demuestra la actitud inquisitorial de la Administración.
Lo más grave es que Trump ha anulado todas las regulaciones sobre emisiones y las consecuencias para la salud del planeta son fatales. También se ha vuelto a fomentar la búsqueda de petróleo en la zona ártica y en espacios naturales que antes estaban protegidos.
El segundo punto en mi lista es el hambre y guerras en el mundo y las terribles consecuencias para los que huyen de ellas. Solo viendo la catástrofe diaria en el Mediterráneo y la situación de los que intentan cruzar las fronteras uno se siente destrozado. Esa sociedad de la que alardeamos tanto no es capaz de comportarse de forma humana con estas personas. No hay una solución fácil a este problema, pero simplemente dejando morir la gente de esta forma no es solución sino que es un delito.
El tercer punto en la lista es el recuperar la democracia y la redes de soporte social en nuestra sociedad. No hay duda que ha habido un deterioro progresivo de la democracia en nuestros países y de la redes de protección social y el deterioro sigue.
En una sociedad democrática hay que tener un sistema de enseñanza que prepare a los ciudadanos a tomar decisiones, un sistema de partidos que traduzca esas decisiones en resultados efectivos. Hay que evitar la continua manipulación por medios de comunicación controlados por grandes compañías.
Tampoco es realmente democrática una sociedad en que las diferencias sociales y económicas entre los ciudadanos son cada vez mayores y que no tenga una red social de sanidad y seguridad social que los apoye.
El gobierno de Trump está desmontando lo que creó Obama en seguridad social y ahora ha aprobado una reforma a las leyes tributarias para disminuir la contribución de las grandes fortunas, como la del Sr. Trump.
Las manipulaciones son cada vez más descaradas. Ya es el colmo, cuando se ve que iglesias llamadas evangélicas apoyan a Trump y algún candidato al que se ha acusado ya de ejercer presiones sexuales porque «son defensores de los principios cristianos». Los principios democráticos ya se han erosionado mucho más allá de lo que podría haber pensado hace unos años.
Esas eran las tres cosas que iba a pedir a Papá Noel, pero después de pensar un poco concluí que poco podría hacer el Sr. Noel si todos no nos tomamos en serio estas cosas y actuamos. Mientras la sociedad siga como ahora, nada se puede hacer, así que mi carta se quedó sin escribir.