Suena a literatura de ficción pero es una realidad, Reino Unido ha elevado la soledad a una cuestión de Estado, creando un ministerio para combatirla. El gobierno analizará las estadísticas -más de 200.000 personas mayores en ese país no suelen hablar con nadie en más de un mes-, elaborará políticas para atajar un problema que incide en la salud, y financiará a las organizaciones que den acompañamiento a estos solitarios por obligación. Porque la soledad escogida es satisfactoria, pero lo que está en cuestión es el sentimiento sobrevenido por circunstancias de la vida: una movilidad profesional y laboral que dispersa familias, por otro lado cada vez menos extensas y más dadas a las rupturas; una forma de relacionarse en la que gana peso lo virtual frente a la presencia física. No escribimos cartas, a veces cuesta realizar una llamada e intercambiar palabras, y es más sencillo y menos comprometido enviar un 'whatsapp'.
Hemos logrado una longevidad que, bienvenida sea, pero aumenta nuestras posibilidades de que acabemos manteniendo soliloquios. Todos necesitamos escuchar y ser escuchados, pero los mayores están más expuestos a padecer ese aislamiento social, que potencia otras enfermedades como la depresión o la demencia. En 2017, catorce ancianos fallecieron en España y tardaron días en ser localizados. Fueron los casos que trascendieron a los medios e indican hacia donde avanza nuestra sociedad. Por eso la iniciativa británica no ha tardado en generar reacciones en nuestro país de organizaciones como Cruz Roja, que advierte que un 60 por ciento de los mayores de 65 años que atiende viven solos.
En Menorca hay cerca de 15.000 personas de 65 años o más; por encima de tres mil las que, según el último censo, han cumplido 80, y con 220 en lista de espera para una plaza geriátrica. La demanda crecerá y la presión sobre los servicios asistenciales también, aunque la proporción demuestra que hay una red familiar y de voluntariado que está salvando la papeleta y que hay que cuidar, si no queremos tener pronto nuestra Conselleria de soledad.