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Las dificultades de la entomología científica

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En el año 2019 se cumplirá el cincuentenario de cuando los hermanos Carreras Torrent en buena hora, iniciaron las colecciones de las distintas especies zoológicas, además de minerales, que hoy forman parte del increíble potencial del Museo de Ciencias Naturales de Menorca (Binissués). El camino como es fácil comprender no ha sido sencillo, ya que a lo largo de medio siglo, que se dice pronto, los hermanos Carreras se han encontrado con problemas burocráticos, científicos y naturalmente económicos. Un camino pues sin desbrozar, donde solo gracias a la férrea decisión de seguir adelante con su proyecto, hoy se puede decir que se ha hecho un trabajo bien hecho. Admirable, empeño, coraje, pasión y constancia han hecho posible lo que hoy es un referente entre la sociedad científica y los apasionados del mundo natural: geología, ornitología, micología, entomología y un largo etc. que abarca lo que un museo de ciencias naturales de esta categoría, ofrece a quienes deciden pasar una mañana o una tarde recorriendo sus instalaciones, donde puede decirse que se custodia un amplísimo espectro de la biodiversidad menorquina muy bien ordenada en sus diferentes grupos taxonómicos (1).

Les quiero dejar constancia de una anécdota que demuestra hasta donde llega la persistencia científica de este par de entomólogos: Juan y Miguel. A la sazón andaban por la zona de la finca Ses Pletes d'es Moli en las cercanías de Ferreries, carretera a Cala Galdana, cuando dieron con el cadáver de una rata. Debajo de aquel cuerpo en descomposición, pensaron que probablemente hubiera insectos de la entomología cadavérica o forense, y no se lo pensaron dos veces, le dieron la vuelta y su entrenada perspectiva les premió con seis ejemplares de nicrophorus y dos volando.

El hallazgo de una nueva especie o subespecie para un zoólogo, para el caso entomólogos, es siempre una gran satisfacción, pero hay que saber tomar estas cosas con paciencia y en los hermanos Carreras se une la pasión con la verdad científica ante todo descubrimiento, pues un insecto no será incluido como nueva especie o subespecie, hasta haber agotado la posibilidad de la equivocación entomológica. Llevan ya cinco años de estudios en cinco coleópteros; es posible que alguno de ellos pase a ser nuevo en Menorca. Tras un hallazgo que en principio pudiera parecer una auténtica novedad entomológica, queda la buena práctica de no fiarse hasta haber realizado los estudios pertinentes. Las nuevas especies anunciadas para Menorca están aún en fase de concluir esos estudios, si bien están muy avanzados. Muy curioso lo de nicrophorus interruptus, dándose la especie como nueva para el archipiélago balear, que a pesar de su presencia en Menorca resulta ser un desconocido en Mallorca. A veces pasan años hasta tener la certeza científica que corrija la aberración taxonómica, pudiéndose dar el caso de animales que por una tormenta o por venir de polizones en algún cargamento de algún barco, han empezado a colonizar un ecosistema nuevo para ellos, pudiendo dar lugar a ejemplares cromáticamente diferentes, lo que a ojo de un profano puede fácilmente convertirse en una nueva especie o subespecie. El picudo (Rhynchophorus ferrugineus) que ataca a las palmeras, llegó a España en el año 1993. Sólo el tiempo dirá si mutan su aspecto en alguna novedosa aberración taxonómica.

Recuerdo cuando yo estaba documentándome para mi libro de las aves, me sorprendió la diferencia cromática, incluso de volumen y forma entre un huevo de alimoche de las Islas Canarias y otro de un alimoche de un roquedo de Guadalajara. Poco faltó para no incluirlo simplemente como una aberración taxonómica, lo que habría desvirtuado la verdad científica que sostuve incluso con una persona muy experta de la Sociedad Española de Ornitología, hasta que se nos aclaró que eran huevos de la misma especie, pero sometidos a diferentes ecosistemas.

Dentro del amplio abanico de la existencia de algunos coleópteros, resulta abrumador cotejar un trabajo de Arturo Compte-Sart y Miguel Carreras Torrent al que he tenido acceso. La bibliografía que los autores han consultado es tan abundante que resulta abrumadora. Personalmente he llegado a la conclusión de que ambos autores no han escatimado nada hasta estar muy ciertos que lo que ellos aportaban a la memoria de la ciencia escrita sobre los coleópteros de las Islas Balears es correcto, lo que es muy de agradecer.

Concluyo dando la noticia del escrito de José Fonfría en el Aula, Museos y Colecciones. Bol .R. Soc. Esp. Hist. Nat. 5, 2018.

(1) Taxonomia: parte de la historia natural que se ocupa de la clasificación de los seres vivos.

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