En abril de 2019 se formalizó la compra de los antiguos cuarteles de Es Castell. Pasaban de la Sareb al Govern y se acordaba el uso municipal del Duc de Crillón mientras que el Conde de Cifuentes sería gestionado por el Ejecutivo balear y el Consell.
Por fin -y aquí habría que añadir muchas exclamaciones porque ha sido un proceso larguísimo, de más de veinte años-, eran públicos. Representantes de todas las instituciones implicadas, de distintos partidos políticos, ya que aún estaba el alcalde del PP, Lluís Camps, mientras que ahora gobiernan el municipio PSOE y Som, posaron para la foto. Triunfantes, no era para menos. Ahora venía la tarea de dar un uso a los edificios, definir su contenido, y ya se sabía que no iba a ser fácil, pero es que ha sido poner sobre la mesa la idea del futuro centro de FP y se han levantado ampollas. Cuando en noviembre se dio a conocer esta posibilidad ya se dijo también que no se habían definido todavía las familias de FP que podrían cursarse, y se anunció que eso estaba pendiente de coordinar con los institutos de Maó y Alaior. Es igual, Es Castell ya ha cosechado un ‘no' en todos los frentes y no parece muy justo. Sus aspiraciones como pueblo de tener nuevas infraestructuras son legítimas, como las de Sant Lluís al adquirir Sa Tanca, Alaior cuando se hizo con la sede de la UIB o Maó con sus múltiples servicios. ¿Acaso Es Castell debe resignarse a ser dormitorio, ver cómo languidecen sus comercios y limitarse a ser apetecible en verano, cuando ‘abre' Calesfonts? En anteriores mandatos se han hecho grandes esfuerzos para mantener a la gente en el municipio, organizado actividades, ¿por qué no se puede dar una oportunidad a la idea de un instituto? Que retenga a los jóvenes y atraiga a los de otras localidades. Obviamente la propuesta requerirá debate, ya que afecta al diseño del mapa escolar insular, y tiene implicaciones en la movilidad que han de estudiarse bien. No será sencillo, pero si la única alternativa es sentarnos a ver cómo ese cuartel se deteriora, día a día y en el centro del pueblo ¿para qué se compró entonces?