Hoy es Santa Blanda, mártir. Un nombre chocante. Por fortuna, creo que no existe Santa Dura. Imaginen lo que podría ocurrir si existiera y se juntaran dos amigas, Dura y Blanda. Esto me lleva a pensar que los padres deberían ser más cautelosos a la hora de poner nombres a sus hijos, porque por lo visto, de todo hay en la Viña del Señor. Hoy también es San Calepodio, presbítero. Parece inventado, pero no lo es. También es hoy San Cataldo de Irlanda, San Comagall, San Damián de Molokai, San Discórides de Mira, San Epímaco, mártir, entre otros. En mis tiempos, estos nombres habrían sido motivo de burla en el colegio; creo que hoy en día lo del acoso escolar está más suavizado, pero aun así dudo que a un Epímaco no le llamen alguna vez «Maco», como los catalanes que viene por aquí, a quienes se les llaman Quemacos, porque todo lo encuentran «maco». Dicen que los niños -y niñas- con nombres raros pueden llegar a tener baja autoestima, si a ellos no les gusta su nombre. Es frecuente que a un niño o niña con un nombre raro le digan siempre: «¿Quién te puso ese nombre?». O dicho a lo bestia: «¿Quién fue el bruto que te puso este nombre?». Respuesta: «Mi padre». Asimismo, dicen que los padres que ponen nombres extraños a sus hijos no buscan hacerles sobresalir, sino sentirse padres originales, únicos. La contrapartida es poner nombres muy frecuentes, como María, Juan o Antonio, lo cual también tiene sus riesgos. Ya saben lo que dicen: «De Joans, Tonis i ases n'hi ha a totes ses cases». También puede ocurrir que cuando haya tres juanes en clase uno sea Juan el largo, otro Juan el rubio y otro Juan el lento, por poner un ejemplo.
Ya no digo nada cuando los nombres salen tanto de lo común como los que siguen, todos auténticos, ninguno imaginado por mí: Aledis, Arlet, Briseida, Ehud, Indivar, Neferet, Tanit, Uxia, Yelina, Acfred, Drac, Eros, Guim, Habacuc, Lol, Milos, Mirt, Yannick, Zigor… Briseida era una bella joven troyana cautiva de Aquiles. Neferet es un nombre de origen egipcio que describe a una mujer bella, artista y por añadidura romántica. Tanit era una diosa fenicia. Uxia, en griego, significa «bien nacida» y Yelina quiere decir «que brilla con el sol». Drac es «dragón» en catalán. Eros era el Cupido griego, pero a mí me sugiere lo erótico, que también tiene su gracia. Habacuc, en hebreo, significa «acoger con los brazos abiertos» aunque lo del «cuc» a mí me retrotrae a «gusano». Y me dejo «Cucufate» que significa «enano» en sentido cariñoso.