Hace poco salió el informe anual sobre el cambio climático de la NASA correspondiente a 2020. El 2020 ha sido el año más caliente desde que hay medidas, empatando con 2016. Después de 2016, hubo una muy pequeña reducción de la temperatura media del planeta del orden de una décima de grado, pero ya hemos recuperado de nuevo el pico, y estamos a poco más de un grado sobre la base de referencia de 1951 a 1980. El máximo de 2016 fue debido a la combinación del calentamiento global con de un fuerte effect de El Niño.
En 2020, el mayor calentamiento fue en el Artico, como es habitual. En los últimos 30 años, el incremento de temperaturas en esa zona ha sido del orden de un factor tres más alto que en el resto del globo. Esto hace que la perdida de hielo en el Norte sea cada vez mayor y siga causando aumento en el nivel del mar y un impacto muy negativo en el habitad de la fauna ártica. El aumento del nivel del agua del mar puede haber sido una de las causas del colapso del edificio en Miami-Date county en Florida.
El año 2021 no ha empezado bien desde el punto de vista del cambio climático. Ya a principio hubo fuertes tormentas en el Oeste y en el sur con grandes nevadas. Fue particularmente duro en Texas con bajas temperaturas sin precedentes en este Estado, en Texas las nevadas dejaron el Estado paralizado por una semana con una grave crisis en el suministro eléctrico. Algunas de estas tormentas cruzaron el Atlántico causando bastantes daños en Europa. Este fue el caso de Filomena.
Al final de la primavera y justo al principio de verano ha llegado una gran hola de calor que ha sumergido la zona Oeste y parte del centro de Estados Unidos, en particular California, Arizona y Texas con temperaturas superiores a los 40 grados, llegando en algunas zonas a superar los 50. Estas temperaturas tan altas son nada comunes en esta época del año y han superando los records térmicos existentes. Me cuesta imaginarme como vivir con temperaturas del orden 53 grados si cuando pasamos de los 30 ya se me hace muy pesado el calor.
Preocupa mucho lo que pueda pasar en pleno verano si ha empezado en estas condiciones. Siempre ha habido olas de calor, lo que pasa con el cambio climático es que esas olas son cada vez más cálidas y vienen antes. La demanda de electricidad por aire acondicionado ha subido muchísimo como es lógico. Los gobernadores de los estados más afectados han pedido a la población el reducir el consumo eléctrico ya que se espera problemas en el suministro y possibles cortes. Texas con su red eléctrica separada de la del resto del país es el estado más vulnerable, como ya pasó en el invierno.
Otro consecuencia de la ola de calor es que han empezado los incendios forestales en Arizona, Montana y Utah. El pasado verano los incendios forestales azotaron California y tiene muy mal panorama para este año. Las lluvias al ser muy fuertes y de poca duración son otra causa de la sequía existente. Este año según la paleoclimatóloga Kathleen Johnson puede ser la peor sequía en 1200 años. La situación se agrava de año en año.
En Tennessee hemos tenido la suerte de no estar en la zona de la ola de calor. Tampoco nos pilla la parte más fuerte de las tormentas que bajando por el oeste dan la vuelta en el sur y marchan luego hacia el noreste y al otro lado del Atlántico. Eso si nos rozan un poco. Esta semana nos pasó muy cerca la tormenta Claudette y sufrimos algunas consecuencias. Un árbol fue derribado por el viento monte arriba de donde vivimos y por efecto dominó nos derribó unos árboles, por suerte no muy cerca de la casa.
Lo más triste con lo que está pasando es que no viene de sorpresa, los modelos climáticos vienen prediciendo este tipo de fenómenos. Así sigue el cambio climático del que ya hablan muchos políticos pero la cuestión es hablar menos y hacer más. Si no se toman pronto medidas serias no quiero ni pensar en que condiciones estaremos en unos años.