La quinta ola del covid-19 crece rápidamente en Estados Unidos alimentada sobre todo por la variedad delta que se ha transformado en la dominante. La gran mayoría de los contagiados son los que no están vacunados. El problema aquí es que hay gran parte de la población que no se quiere vacunar, especialmente en los Estados del Sur.
En la primera semana de Agosto, ya había cinco Estados del Noreste de Estados Unidos que han pasado el 60% the la población totalmente vacunada. En cambio en el sur estamos a valores mucho más bajos, por ejemplo en Tennessee es solo el 39%, un 10% por debajo de la media nacional. Eso es debido a la mentalidad conservadora del sur que está en contra de las vacunas y las mascarillas.
La oposición a las mascarillas ha sido violenta en muchas partes del país y ha habido empleados de supermercados que han sido víctimas de esta violencia. Hace unas semanas en Georgia en el supermercado Big Bear en DeKalb County, un cliente sin mascarilla tuvo una discusión con una cajera sobre el uso de la mascarilla, él salió sin comprar nada y volvió a los pocos minutos con una pistola, pegó dos tiros a la cajera y la mató. Como en el salvaje oeste!
Con las vacunas se ha creado un ambiente de violencia similar. En Missouri, personas iban a vacunarse disfrazadas para no ser identificadas y después ser sometidas a abuso o incluso a violencia. En Tennessee se han dado varios casos de jóvenes también disfrazados para que sus padres no se enteraran de que se vacunaban. Varios hospitales en Missouri y otros Estados del sur han abierto puertas traseras para los que quieren vacunarse y la vacunaciones se hacen en salas que mantienen la privacidad. En un restaurante en Huntington Beach, California, se pide a los clientes demostrar que no se han vacunado, sino no se les sirve. Para el sector anti-vacunas el vacunarse es ser antiamericano.
EL GRAVE PROBLEMA que tenemos es que lideres de la sociedad, políticos y pastores, no todos dan ejemplo sino todo lo contrario. Muchos políticos Republicanos son negacionistas, o al menos juegan a serlo, y siguen a Trump. En un discurso en Alabama, la representante en el Congreso por este Estado, Marjorie Taylor Greene, dijo, entre aplausos de los presentes, que estaba orgullosa de que Alabama fuera el Estado con el porcentaje de vacunación más bajo, 34.4%. También sugirió que los que posean armas maten a quienes animan a vacunarse.
Pastores de bastantes Iglesias del Sur ya se negaron a cerrar sus puertas y a no celebrar actos colectivos cuando era obligatorio evitar reuniones de muchas personas en sitios cerrados. Se amparaban en la libertad religiosa y amparados en ella contribuyeron a la propagación del virus.
En Tennessee tenemos un caso aun más llamativo, Greg Locke pastor de la iglesia Global Vision Bible cerca de Nashville. En youtube hay alguno de sus sermones, vale la pena escucharlo para entender hasta que punto se ha perdido la visión de la realidad. Él ve en lo del covid toda una conspiración por parte de los demócratas que según él robaron la elección a Trump. En uno de sus sermones dice: «No estoy jugando a estos juegos demócratas en esta iglesia». Se refiera al Biden como «un traficante sexual, un perro poseído por un demonio» y explícitamente dice «No creáis esta tontería de la variante delta». El ve a la variante delta como una maniobra por parte de Biden para volver a cerrar los comercios privados, hacerlos fracasar, y crear nuevos comercios desde el gobierno. Este pastor desaconseja vacunarse.
Además insiste en no llevar mascarilla, «si queréis llevar mascarilla no vengáis a esta iglesia, id a la First Baptist de aquí al lado» y si no él los echará de esta iglesia. Él hace todas estas afirmaciones a viva voz y coreadas por los feligreses. Todo un triste espectáculo y en pleno crecimiento exponencial de los casos de covid en el Estado.
Como diría mi amigo Marco Tulio, stultorum infinitus est numerus.