No a todo pero si a ciertas cosas. Yo no soy muy de los dulces aunque tampoco me privo de ellos de vez en cuando solo por llevar la contraria a lo correctamente establecido. Me he comprado una barra de turrón y ya le falta media en dos días. No sé ustedes pero para mí es muy agradable poder catar cosas fuera del tiempo, de su tiempo, no del mío. Un helado tomado en febrero tienen un sabor diferente al que puede tener en agosto supongo que influenciado por aquello de los lejanos recuerdos y también un poco por alejarme de lo clásico, de lo que normalmente hace la mayoría, porque así como comemos con los ojos también lo hacemos guiándonos por lo que nos dictan nuestras neuronas y papilas gustativas. Además todo aquello que te puedas comer antes del día 24 evitará tengas que pelearte con el resto de comensales por aquel par de barquillos que alguien puso en la mesa mal contados.
También el haber sido catador pre navideño, te habilita para ser poseedor del titulo de «informador de materias primas». Podrás decir a quienes te rodean que manjar es el más acertado y de cuáles es mejor no abusar, cuál es su composición, etc. Sin duda te convertirás en el centro de atención de la velada, serás observado bajo el prisma de las miradas algo turbias debido al cava pero con una atención poco habitual y que jamás habrás notado. No serás el rey de la selva porque eres calvo y no león pero si el de los manteles y cualquier estupidez que cometas, que las cometerás, serán para los demás como lecciones venidas desde otros planetas y ya se sabe que todo lo que llega de fuera es lo mejor e indiscutible. Si no lo has hecho ya ponte en marcha, que no se te pare el reloj que es como el arroz que se pasa y ponte a prueba. Te lo mereces y los demás, pobres ilusos, te esperan con ansiedad. Me leerán esto a pocos pasos de la Navidad. Denlos firmes y seguros, no pierdan de vista los peligros y sean felices.