Todos acumulamos experiencias mientras vivimos. Y esas cosas que nos pasan o nos afectan dejan una huella en nosotros que conserva la memoria. La memoria humana es prodigiosa. Y nos hemos inventado mil formas de alimentarla, protegerla, fomentarla. Sin memoria, todo empezaría de nuevo cada día. Con los sistemas tan sofisticados de almacenamiento de información, nos hemos ido insensibilizando hacia la necesidad de ejercitarla o cuidarla como un tesoro y una valiosa herencia. Pero la experiencia no es solamente información, hechos, datos… es asimilación personalísima que hacemos de lo vivido o aprendido. Tal vez por eso me gusta leer entrevistas. La forma más antigua de conservar el pasado es la conversación, dialogar, escuchar la voz de la experiencia. Cuanto más vives, más puedes contar.
Si la sociedad sufre un accidente, nosotros sufrimos la inflamación, las fracturas, infecciones purulentas, traumatismos. Vivimos una época en la que los científicos tendrán que buscar vida inteligente en el planeta Tierra. Haciendo muchas entrevistas, quizás. Yo suelo leer las que se publican en Es Diari. La última, a Mario Cappa, italiano afincado en Menorca y voluntario de la Illa del Rei. Una pregunta que siempre se le hace al entrevistado: «¿Con qué personaje le hubiese gustado conversar o tomar una caña?» En este caso contesta: con Norberto Bobbio. Si me hiciesen la misma pregunta, yo respondería: con Mario Cappa.