Debo confesarles que cuando vi la foto publicada en el MENORCA del pasado 21, de un joven haciendo el pino a una sola mano en la plaza de la Catedral de Ciutadella, se despertó en mi ese algo ecologista por lo verde que todos llevamos dentro en menor o mayor cantidad y cuando lo verde se mezcla con lo que uno no puede ni sabe hacer, la envidia pasa factura. Al principio dada la escasa distancia de esa plaza con la Plaça des Pins, pensé si sería una avanzadilla de la procesionaria o simple manifestación en favor de la siembra o trasplante de pinos a esa nueva zona.
Al poco rato cuando observas que no es oruga sino turista viandante sin más atuendos que un pantalón corto y una gorra, llegas a la conclusión de que es un simple exhibicionista para que todos sepan lo que sabe hacer y si por casualidad pasa por allí un caza talentos, pueda tener la oportunidad de trabajar en un circo o ser nombrado alto cargo en algún departamento de economía donde el equilibrio a una sola mano o sin ninguna para que el batacazo sea sonado, se suele valorar al máximo y muy bien pagado, porque lo importante y nunca mejor dicho es caer bien aunque te quedes sin dientes, para cuyo caso siempre se puede contar con la conocida «sopa boba» de fácil deglución.