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Crítica es libertad

Nostalgias francesas

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Hubo un tiempo en que ‘lo francés’ marcó época en España. Recordémoslo. Eran los años sesenta cuando siendo algunos de nosotros unos pimpollos adolescentes caímos extasiados ante la belleza de aquellos hermosos ejemplares humanos como eran la parisina Brigitte Bardot, «la femme plus belle du monde», o Françoise Hardy (a la que Mick Jagger llamó en su día «la mujer ideal»), esa chica que cantaba a todos los chicos y chicas de su edad  que se paseaban de la mano ‘par les rues de Paris’.

Era cuando triunfaba aquí la canción melódica francesa, siempre de la mano de la italiana, con cantantes como Adamo, que fue quien nos enseñó a poner «la manos en tu cintura» en los guateques de la época (o a ver como «cae la nieve» o a perderte por «un mechón de tu cabello»), …. de Hervé Villard con su «Capri c’ est fini», o de Aznavour, que sostenía la opinión de que Venecia estaba triste.   

Aunque minoritaria, en España se podía comprar la revista francesa «Salut les Copains» (en Mahón la vendían en el kiosko que había en la Plaza Colón, o en la Librería Manent o en la de la calle de Ses Moreres). Aquella publicación era la biblia europea de la modernidad juvenil en aquellos momentos junto a los semanales británicos «New Musical Exprés» y «Melody Maker», publicaciones imprescindibles y muy profesionales para seguir al día la escena musical del tiempo.     

Por otra parte la influencia del cine francés también fue evidente. «Les Cahiers du Cinéma» marcaban la senda del cine europeo donde Truffault y la Nouvelle Vague imponían nuevas normas. En las pantallas españolas se veía a Alain Delon y sus series negras, Belmondo, Jean Gabin…. Y luego estaban Cannes, Niza, Saint Tropez, Montecarlo…. Sí, lo francés era referencia para muchos españoles.

Hoy en día la principal influencia francesa es el PSG de Mbappé, Neymar y  Messi. Y Macron con su inteligente apuesta por la energía nuclear, esa que los franceses nos venden mientras aquí los Illuminati locales de turno la demonizan mientras se aprovechan de ella. Pero ahora que esa energía ha sido declarada verde por Europa, la famosa agenda 2030 tendrá que ponerse al día, ¿no?

Pero volvamos al origen. Sí, la visión francesa de las cosas influenció en aquella España de los sesenta doblegada aún ante el nacional-catolicismo. Y eso hizo que algunos nos sintiéramos desesperadamente atraídos por visitar Paris. En aquellos tiempos España estaba atrasada no solo políticamente sino también económica y socialmente. Pero inmediatamente después ya llegó el Mayo del 68…y la Primavera de Praga. Y años más tarde, aquí,  la Transición.

Precisamente pensaba en todas estas cositas el otro día paseando por la orilla del Saona, en Lyon. La ciudad fundada por los romanos y antigua metrópoli de los galos (¡Qué suerte haber podido estudiar  ‘la Guerra de las Galias’ en el Instituto!) está situada en la confluencia del citado rio Saona con el Ródano. Y es la antigua capital de la seda. Y donde los hermanos Lumière alumbraron el cinematógrafo. Y también es la capital del guiñol. Pero por lo que más se la conoce es por ser el centro de la gastronomía mundial. Desde aquí el famoso cocinero Paul Bocuse  irradió la ’nouvelle cuissine’. Aquí también vale la pena comer en un ‘Bouchon’, restaurantes específicos especializados en cocina local.

Muy interesante es experimentar el paso por un ‘traboule’. ¿Y eso que es? Pues un pasadizo peatonal entre dos calles, cerrado y cubierto, que comunica a lo largo de su interior los diferentes accesos a las viviendas superiores que lo tienen como salida común. Fueron muy utilizados por la Resistencia francesa para despistar y escapar de las redadas nazis durante la ocupación.

La parte antigua de la ciudad, el «Vieux Lyon», rezuma personalidad en un maravilloso entramado de calles con la catedral gótica dedicada a San Juan Bautista de la Salle. Un funicular te lleva al anfiteatro romano donde se fundó la población original y, otro, en 3 minutos, a la cima del Fourvière donde hay una Basílica mastodóntica. Allí, en su plaza, hay un monumento que recuerda la visita de Juan Pablo II. Aquí se entiende la mutación actual de la Iglesia: de la teología germánica al peronismo teórico.

Vale la pena visitar esta ciudad. Hay vuelo directo a la Galia desde Menorca (Easy Jet). Aún. Aprovéchenlo. Aunque no odies a los romanos ni seas fan de Astérix y Obélix.

Notas:

1- Por cierto, el concierto de los Rolling Stones en el Estadio del Olympic Lyonnais fue magnífico.

2- Echar toda la culpa al cambio climático y de las Jons es una triste muestra de incapacidad.

3- ¿Qué candidatos presentará finalmente Vox en Mahón? ¿Y el PP? ¿Y C’s? Eppur si muove.

4- Llamar ignorante a quien disiente justificadamente es propio de un matonismo cultural inaceptable.

5- Hace 30 años que España abrió Barcelona al mundo. Luego, algunos localistas la cerraron. Sad.

6- Mahón: lo del agua ya puede ser el colmo.

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