¿Cómo están queridos lectores? Corríjanme si me equivoco, pero creo que estaremos todos de acuerdo con las siguientes afirmaciones: La leche nunca hierve cuando la estamos mirando. Escuchar es amar. La meritocracia no existe. Los ricos siempre quieren más. Los muy ricos siempre quieren mucho más. Leer un Súper Humor de «Mortadelo y Filemón» es un viaje a la cápsula de la felicidad infantil de los nacidos en los 70. El ego mata. Las bananas son una mierda comparadas con los plátanos de Canarias. Que un investigador que lucha contra el cáncer cobre mil euros al mes es una vergüenza nacional. Que un cargo político irrelevante cobre más que un investigador que lucha contra el cáncer es una vergüenza galáctica. Ser pobre no es guay. No mola pasar hambre y llamarlo ayuno intermitente. No mola vivir en pisos patera y llamarlo coliving. No mola tener un sueldo mísero y decir que curras por visibilidad. No existe nada más inútil y más caro que un rey. No mola que cuando fallezca doña Paca un fondo buitre compre su casa de pueblo y hagan el enésimo hotel rural. No se genera paradoja alguna por ser ateo y creer firmemente que la cerveza es una bebida de dioses y diosas. Es pertinente poner un punto y aparte para que este párrafo no sea demasiado largo.
Las personas que dicen «feminazis» son idiotas. Las personas que dicen que no son ni de izquierdas ni de derechas son todas fachas hechas y derechas, o fachas a medio hacer. Leer no cura todos los males, pero alivia los síntomas. Es obvio que la Tierra es redonda, pero los tierraplanistas son necesarios, no podemos renunciar ni a una sola fuente de humor. El país del tío Sam está enganchado a los opiáceos, en concreto al fentanilo (mucho más potente que la morfina), se calculan casi setenta mil muertes al año por meterse esta droga que con tanta alegría han estado dándole las farmacéuticas. Los ciudadanos del país entre México y Canadá antes eran los yanquis y ahora son los yonquis. Este último juego de palabras es una mierda. Debo sufrir un deterioro mental importante, porque el juego de palabras de mierda me ha hecho gracia y se me ha escapado una risita estúpida. Se hace urgente otro punto y aparte.
La esperanza se pierde cuando se pierde, y no tiene por qué ser lo último, muchas veces se pierde la esperanza enseguida y después las llaves del coche. Perder toda esperanza en ocasiones es una liberación. Los tulipanes no son amigos de Mónica. Igual en esto último no están de acuerdo porque no conocen a Mónica, bueno, igual conocen a alguna Mónica pero no a esta en concreto, yo hablo de una que es abogada, de las buenas, de las pocas buenas que hay, y que vive en el centro de una gran ciudad. Mi Mónica, bueno, la de este artículo porque ella no es de nadie, planta tulipanes en sus macetas, pero se niegan a salir, o eso creía. Los tulipanes de Mónica se comportan como la leche y al parecer no crecen si Mónica los está mirando, porque se vino unos días a Menorca y cuando regresó a su casa de la gran ciudad encontró en su macetas unos hermosos tulipanes.
La moraleja de este artículo podría dividirse en dos: primera, si hablamos tranquilos, sin ruido, poniendo puntos entre frase y frase, comprobaremos que estamos de acuerdo en muchos temas. Segunda, hacer cosas por el placer de hacerlas, sin una obsesión monetaria, puede traer muchas satisfacciones aunque arranquen con mal pie, ya sea plantar tulipanes, ya sea beberse una cerveza fresquita con un amigo. Lúpulo y feliz jueves.
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