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Asseguts a sa vorera

Un agujero muy profundo

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Lo primero, no me malinterpretes. A continuación, te voy a compartir mi opinión desde el respeto y puede que no te guste, voy a hablar de un tema incómodo porque desde que lo conocí me incomoda desde todos los aspectos posibles que puede incomodar a un ser humano. Hace unos días se me congeló el alma al conocer la atrocidad cometida por un desgraciado con su bebé… Si no sabes de qué hablo, te recomiendo que no busques información ni sigas leyendo, que sigas con tu día a día y que pases al siguiente tema, considérate afortunado. Si, por el contrario, con las pocas referencias que te he dado ya sabes a qué me refiero, imagino que entenderás mi ira.

Creo que en el planeta hay una serie de individuos cuya existencia es completamente prescindible, una especie de fallo en el sistema que se debería corregir sin ningún tipo de contemplación. Los hay, y las hay, que no son ni seres ni humanos, son bolsas de carne y huesos carentes de sentimientos y tan inútiles que cuando se mueran y se pudran, sus restos no servirán ni para alimentar a los gusanos. El protagonista del que te hablo es uno de esos casos.

Cuanto más he conocido sobre su comportamiento con la criatura que incomprensiblemente trajo al mundo, tengo más claro que la Ley debería aplicar una medida sin contemplaciones y sin escrúpulos. No hablo de la pena de muerte, no te equivoques, porque en mi opinión -ya te avisé que pasaría- la muerte no hace justicia al castigo que se merece semejante malparido. No, no lo hace, y se merece algo peor, más largo y que duela por cada miserable segundo de dolor que ha propiciado a una criatura indefensa a la que ha destrozado la vida.

Debería existir un agujero muy profundo, sin luz y sin salida en el que deberían coexistir todas estas bestias que no tienen cabida, ni falta que hace, en nuestra sociedad. Y no, no tendría ni un ápice de compasión del mismo modo que él no lo ha tenido. Porque su existencia no es necesaria, por muchos abrazos y mimos que quieran darle los amigues de los unicornios y la purpurina que piensan que cualquier comportamiento se puede corregir. No creo que este individuo logre nunca encontrar la cura del cáncer, arregle la pobreza en el mundo o aporte ni un mínimo argumento que nos invite a tener siquiera un ligero hilo de compasión.   

Y, si hace falta, me ofrezco para empezar a cavar el agujero con las manos. Seguro que hay más gente que se anima. Y con la medida, quizás hay más energúmenos que se lo piensan. Porque insisto, hay individuos que son total y completamente prescindibles en esta sociedad.

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