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Inferir en diferido

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El verbo inferir no significa únicamente deducir, conjeturar, suponer y sacar conclusiones de algo, como cuando la derecha patriótica y algunos jueces infieren con seis años de retraso que el procés catalán, además de un golpe de Estado, fue terrorismo mondo y lirondo, y esa conclusión en diferido crea jurisprudencia y se convierte en la letanía diaria.

Si lo hubieran deducido o conjeturado habría sido más rápido, pero menos técnico, porque el verbo inferir tiene una segunda acepción en el diccionario referente a producir daño físico («le infirió heridas contusas»), prueba de que nuestras derechas y ciertos jueces no deducen, infieren. Lo que lleva su tiempo. De ahí que ahora haya más polémicas y diatribas con el terrorismo que cuando cada semana teníamos atentados terroristas. De la trama rusa del procés, que indaga los contactos entre el expresident Puigdemont y el Kremlin de Putin, con Catalunya convertida en un hervidero de espías rusos, ya empezó a investigar el juez Aguirre hace cuatro años, y también la Audiencia Nacional, que lo archivó sin llegar a inferir nada. No así el juez, que prorrogó la investigación y hasta la explicó en televisión, por si hubiese delito de alta traición. Y la semana pasada el Parlamento Europeo aprobó una resolución (no vinculante) para que se averigüe o se infiera si hubo injerencias de Putin en el procés, a fin de desestabilizar a la UE. A buenas horas.

Por las pelis sabemos que si el detective llega al escenario del crimen con seis años de retraso, ahí ya no se puede conjeturar nada, porque incluso si el criminal hubiese vuelto (lo hacen mucho), se habría vuelto a marchar, y paseando despacito. Pero inferir parece que sí que se puede, por la doble acepción del verbo y porque si algo sobra hoy en día es gente infiriendo lo que le da la gana, incluso en diferido, y llegando así a conclusiones totalmente irrebatibles. Con cuatro ramitas secas y un mondadientes infieren un bosque, del que aunque con mucho retraso empiezan a brotar verdades. Terrorismo y traición, por ejemplo. Inferir ya se parece a suponer, verbo tenue y vaporoso, y menudos somos nosotros suponiendo. Sacamos conclusiones del revoloteo de una mosca, y en el momento preciso, no antes ni después. Se hace camino al inferir. En ambas acepciones del término.

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