El desastre que se vivió en el Medusa Beach y las ilegalidades detectadas hacen del todo imprescindible algo que hace tiempo clama al cielo: una revisión en profundidad de todos los locales de ocio, restauración y establecimientos turísticos de Balears. Una planta hotelera envejecida en muchos casos, una oferta de locales de restauración, bares y discotecas que tuvo su esplendor hace cinco décadas, y las pocas inspecciones de oficio convierten en un polvorín buena parte de la oferta hotelera y de ocio de las Islas.
Parece ser que la tragedia ha servido para poner las pilas a parte de nuestra clase dirigente, la misma que se ha convencido de la saturación que estamos viviendo. Hay que empezar a poner orden, a buscar el turismo de calidad y a regular la vivienda para que los ciudadanos de Balears puedan seguir siendo dueños de su tierra y sus playas. ¡Presidenta, alcaldes, urge que actúen!