La semana empezó con la resaca de las elecciones europeas del 9 de junio, incluyó el pleno habitual donde el Parlament se convierte en una lona de boxeo donde se mueve el barro y terminó con una precipitada convocatoria de su presidente, Gabriel Le Senne –de Vox– para desmarcarse del acuerdo de la Mesa de la Cámara de hacer ondear, el próximo 28 de junio, la bandera LGTBI en una de las fachadas del edificio. Esa convocatoria, bastante insólita y que su presidente aprovechó para referirse a una «traición en toda regla» del PP, incluyó algún punto esperpéntico y provocó chanzas y risas entre el trío de Vox que empezó liderando el grupo en Balears y que ahora se mueve con aire zombi por las dependencias del antiguo edificio del Círculo Mallorquín, cuyo salón de baile acoge las sesiones plenarias de cada martes.
Cada martes, y el último no fue la excepción, el turno de preguntas de control al Govern, se convierte en un ring o pista de barro (o de fango, o de lodo, que todas esas denominaciones se escuchan en las intervenciones) entre la presidenta Prohens y portavoces de la opinión.
Ha pasado ya un año de las elecciones autonómicas –el próximo día 20 se cumplirá uno de la constitución del Parlament– y prácticamente no ha habido pleno desde entonces en que no se haya citado a la anterior presidenta balear y actual del Congreso, Francina Armengol. En el de esta última semana se ha convalidado para su tramitación como ley el decreto que modifica medio centenar de leyes y que da la vuelta, como si fuera un calcetín, a un abanico amplio de normas urbanísticas.
Fue en esa sesión cuando la presidenta Prohens quiso mostrar su solidaridad con la diputada de Vox Patricia de las Heras que días atrás lloró después de una intervención del socialista Negueruela. Prohens encadenó reproches contra el socialista que, en la última reunión de la ‘comisión Koldo' dijo que al fascismo se le combate en la calle y con votos. El Parlament balear es cada martes un pimpampum, como lo es el Congreso. Eso ya empezó la legislatura pasada, la primera con Vox, y esta ha ido en aumento. Son constantes las peticiones de palabra «por alusiones». Todavía queda un semana de actividad parlamentaria. Esta próxima caerá la Llei de Memòria Democràtica. Será otro semana de reproches. Y algún esperpento.