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Xerradetes de Trepucó

Mirando al mar

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He de pensar que a algún lector al leer el titular le habrá venido a la memoria Bonet de San Pedro con su voz inconfundible acompañado de la orquesta inolvidable, aquella melodía, hoy se diría «de la época», efectivamente era suave y nada estridente incluso dormían a los niños junto a la radio familiar donde se pasaban las horas de asueto, unas haciendo labor, el esposo dedicado a la «llatra» preparando las alfombras para la llegada del invierno, otros ayudaban a sus esposas cargando los ladrillos de cerámica que ella usaba para soldar, incluso algún hijo/hija, les ayudaban antes de pasar el soplete cargando las piezas que debían ser soldadas, la madre con el pie manchaba para que todo fuera según el ritual.

Es posible que algún joven se ría de esta descripción, incluso no llegue a creerlo pero puede estar seguro que así se vivía a diferencia de hoy. No culpo a nadie, Dios me libre, la cosa ha llegado a ser tan moderna cada uno parte por su lado, ya no es moda y por tanto no se estila salir de la casa la familia juntos, por supuesto a misa esto es impensable, las iglesias están vacías, por ventura las defunciones no se acaban y las amistades del difunto se ven comprometidos a asistir para dar el pésame. Llegado a este punto he de aclarar que poco a poco este acto últimamente se ve afectado por el de ir al cementerio y pasar por el tanatorio, creyendo que ya han cumplido como si la cosa fuese mucho más higiénica que asistir a la iglesia.

2 Hay que ver cómo son las cosas, de la melodía «Mirando al mar» me he enrollado si bien los considero temas importantes aunque hoy no era su turno, nada menos que repasando mi cuaderno, esta vez el de cubiertas verdes, en 1ª página se puede leer: Vicent Marí. Un gran Sr. del cual quien escriba su historia deberá decir que todo empezó cuando siendo muy joven trabajando de albañil -oficio que le llevó a ser honorable ya que no es preciso haber nacido en alta cuna- fue una persona admirada y muy querida y respetado por cuantos tuvieron el honor de faenar con él, como fue mi padre. frente a la Escalinata Real, aún hoy existente en cala Figuera, cuando tan solo tenía 17 años, sin duda Vicente Marí creó un punto de desguace importantísimo. Al decir de los hombres de la época el más importante en la Isla.

Así fue como, según se me dictó, si mal no recuerdo siendo una jovencita, un gran maestro y a su vez amigo de Gori, Vicent Marí, compró un lloc conocido por «Ben Dinat» y la viña «Sa Vinyeta», cercanas a    la base naval. Actualmente al pasar por aquel lugar me pregunto qué sería hoy aquel inicio de la ladera norte de nuestro puerto, en que otro gran hombre de la época como fue D. Rafel Roselló y el arquitecto Femenias el mismo que le diseñó su hogar, tenían en mente convertir Es Cós Nou en casitas de planta baja destinadas al veraneo familiar. En cierta ocasión les dediqué una Xerradeta de Trepucó, ofreciendo infinidad de detalles, gracias al señor Marcial Moreno, por haber disfrutado de aquel lugar, siendo sus padres propietarios de una casita sin pretensiones, asequible, con espacio para toda la familia donde los niños jugaban frente a su casas sin peligros, sin humos contaminantes.

Continúa Bonet de San Pedro «mirando al mar lloré, y no sé lo que sentí».

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