El PP ha perdonado la vida a Gabriel Le Senne porque no hacerlo suponía arriesgar demasiado. El gesto de la presidenta hacia Vox, sin embargo, no saldrá gratis. Muy probablemente veremos cómo en las próximas semanas o meses se aprueban las leyes estratégicas del Govern porque para eso servirá la clemencia de los ‘populares’. Habrá ruido porque los de Santiago Abascal necesitan hacerse oír, más ahora que supuestamente ya no apoyan a Prohens. Vox deberá redefinir su estrategia para ver cómo se relaciona con el PP, pero también el PP tendrá que rediseñar su papel y decidir qué hace ahora con las propuestas de Vox que figuran en el acuerdo de 110 puntos. ¿Apoyará el PP la derogación de la Ley de Memòria Històrica, una de las exigencia de Vox para firmar el acuerdo? Probablemente, sí. Ya lo dijo el portavoz parlamentario, Sebastià Sagreras, cuando los periodistas le preguntaron sobre este asunto, a pesar de que, tras la ruptura unidireccional de Vox, Prohens señaló la posibilidad de que no fuera así.
¿Pero aprobará el PP la creación de la polémica Oficina Lingüística de Vox en defensa del español? Eso es mucho más dudoso. Parece muy probable que este organismo, que entra directamente en la categoría de chiringuito, por usar la terminología de sus defensores, no llegue a aprobarse nunca.
A pesar de que en apariencia ya no hay acuerdo entre los socios, la realidad política es constante y poco parece que vaya a cambiar porque Vox tendrá que aprobar la ley que legaliza las viviendas en suelo rústico, tendrá que aprobar una ley de vivienda antiokupación y tendrá que aprobar nuevas bajadas de impuestos, en caso de que se planteen. Ni hacerlo sería un suicidio político. Salvar a Le Senne tendrá un precio y queda apuntado en el debe de Vox. Se verá en primera instancia cuando tenga que aprobarse el techo de gasto, este mismo mes, porque además es pertinente recordar que quien está ahora al frente del partido son aquellos que defendían el año pasado aprobar esta norma y no dar problemas y quienes defendían la ruptura son quienes ahora están en la puerta de salida de la formación. En principio, Vox no está en disposición de dar muchos problemas al Govern, cada vez más debilitado políticamente, pero, si lo hace, a Prohens aún le queda la opción de apoyarse en los críticos de la formación. El PP va ganando apoyos conforme Vox se desangra. Los dos diputados no adscritos ya están más en la órbita del PP que de Vox y es sintomático que Xisco Cardona incluso se abstuviera, como el PP, cuando se votó la destitución de Le Senne. No votó a favor del president del Parlament; se abstuvo. Esa parece que será la dinámica si el Vox oficial pone problemas. Siempre quedarán los otros para aprobar la leyes. Habrá que estar atentos para saber a qué precio porque gratis no será el apoyo.