La ruptura del pacto con el PP le está saliendo cara a Vox, al menos por el momento. Ha perdido un diputado y tiene a otros dos a las puertas de abandonar el partido. Si Idoia Ribas y Sergio Rodríguez dejan el partido o son expulsados, Vox se quedará con la mitad de los ocho diputado que logró en las urnas. La posible salida de ambos del grupo parlamentario tendría consecuencias políticas porque Vox perdería presencia en las comisiones y también perdería la posibilidad de hacer preguntas de control al Govern en el tramo de control durante los plenos. Pero además perdería ingresos económicos porque los grupos parlamentarios reciben una asignación fija para gastos, pero también una asignación variable en función del número de diputados: perder cuatro diputados significaría que los ingresos de Vox queden a la mitad y tal vez esa sea una de las razones que expliquen porque la dirección de Santiago Abascal no haya actuado aún contra ellos a pesar de los permanentes desafíos de los dos diputados críticos.
A la espera de lo que pueda pasar en los próximos meses y comprobar si a los dos diputados que se han ido se les suman otros dos, la realidad es que Vox ha perdido con su ruptura mucho más de lo que ha ganado. En su respuesta a Santiago Abascal, la presidenta del Govern, Marga Prohens, dejó claro que el único programa con el que se sentía vinculada desde ese momento era el del PP y está semana ha dado el primer paso para demostrar que el acuerdo de 110 puntos que firmó con Vox ya no le compromete. Ha dejado caer la oficina de defensa del español y Vox se quedará sin poder cumplir el gran anhelo que le movió cuando negoció su acuerdo con Prohens. La oficina fue una exigencia de la dirección nacional del partido para dar el ‘sí’ a Prohens así que la ruptura del acuerda deja a Vox sin oficina.
Con su ruptura del pacto, Vox ganó la honra, en palabras de sus dirigentes, y perdió todo los demás. De momento, aquella decisión de Abascal no le ha reportado ni una sola ventaja en Balears y solo ha tenido bajas colaterales. Ha perdido diputados y la capacidad de imponer sus obsesiones a Prohens. No ha ganado nada en un efecto búmeran que le ha privado de esa influencia en las decisiones del Govern. Por ahora. El PP se ha movido esta semana. Ha dejado claro que no va cumplir lo que prometió a Vox porque aquella promesa quedó rota cuando Abascal dejó caer los pactos autonómicos. ¿Habrá efecto búmeran para el PP cuando el vicepresidente Antoni Costa tenga que negociar los Presupuestos del Govern para el año que viene con Patricia de las Heras? Se aceptan apuestas.