Urge que Menorca alcance de una vez el peso que le debería corresponder en el concierto balear y nacional. Lo admitía la que ha sido representante del Estado en la Isla hasta hace unos días, Isabel López Manchón. «A Menorca se la tiene poco en cuenta tanto en Balears como en Madrid», señalaba la exdirectora insular, o lo que es lo mismo, independientemente del gobierno que esté al frente de las instituciones, a este rincón del Mediterráneo la clase política dominante lo contempla como un destino vacacional paradisíaco, hermoso, en el que querrían disfrutar de más días de asueto durante el estío.
Obvian, no obstante, que las carencias que padece el residente son históricas y permanecen sin resolver mientras el tiempo transcurre y nada cambia. El coste de la doble insularidad o el transporte aéreo, por ejemplo, son dos de las más sangrantes, como la falta de funcionarios que se niegan a venir por lo que supone alquilar una vivienda en Menorca. Pero también lo son los proyectos eternos que deberían sonrojar a quienes los anunciaron hace ya muchos años sin que haya habido todavía un movimiento de tierras, léase los juzgados de Ciutadella o la comisaría de la Policía Nacional de Maó, entre otros.
Aguardan, sin embargo, pacientes y poco reivindicativos los residentes a la vista de los resultados, a pesar de las demandas de recursos básicos no atendidos.
Otro patrón palmario es el de las ambulancias del 061 en la temporada estival. ¿Cómo es posible que solo estén operativos en la Isla el mismo número de vehículos sanitarios en el horario nocturno que los que lo están durante el invierno en el día a día, es decir, dos ambulancias de soporte vital avanzado y tres básicas cuando la población, prácticamente, llega a triplicarse? ¿Cree la Conselleria de Salud que las Urgencias en Menorca solo ocurren de 8 de la mañana a 8 de la tarde? Por eso que contamos poco en Balears y en Madrid.