Eivissa es ahora la primera isla que no ofrece plazas turísticas ilegales en la plataforma Airbnb. Un logro que fue presentado este jueves como un nuevo hito en la gestión del equipo de Marga Prohens. Hasta Galmés se fue allí a celebrarlo. Hay días en los que es recomendable levantar la cabeza y hacer como que uno piensa. Esta plataforma de alojamiento turístico se creó en el año 2007 y se instaló en España solo tres añitos después. Hoy está en más de ciento noventa países y aloja a millones de personas.
La noticia de esta semana bien podría ser que hace más de doce años que en Eivissa se comercializan plazas turísticas ilegales, algo que hasta sigue sucediendo en Mallorca y Menorca. Como dato, decir que cada día, en la mayor de las Pitiüses, hasta esta semana, casi cinco mil personas se alojaban en una plaza turística chunga, que ni pagaba impuestos, que masificaba y que ocupaba casas que tendrían que ser para vivir, no para hacer de pequeño hotelero.
Nos hemos acostumbrado tanto a que las cosas vayan mal que la noticia ya no es que no funcionen, sino que por fin son como nunca tendrían que haber dejado de ser. Una población que se queja en las encuestas de la saturación turística tendría que despreciar al vecino que alquila sin permiso a turistas en lugar de hacerlo a una pareja joven o ponerla a la venta. Aun así, bien hecho.