Llega el otoño y con él el invierno y con ellos el Imserso. Siempre me he preguntado por qué la temporada de vacaciones turísticas de nuestros mayores empieza cuando termina el verano. Hasta hace poco, en Balears podría justificarse cuando la temporada alta llegaba a su fin y el Imserso prolongaba la vida de los hoteles y de los locales turísticos unas semanas o unos meses más. Pero ahora, con eso de que el turismo se ha masificado y a la vez que se ha perpetuado en el tiempo, tenemos paseíllo turístico todo el año.
Tengo la impresión de que el turismo del Imserso no es invasivo. Tampoco destructivo. Quizás no sea necesaria una flotilla que se manifieste en contra de este tipo de turismo como las que se manifiestan contra otras formas de turismo que nos ocupa. A fin de cuentas, el turismo del Imserso es una cuestión estatal en donde la inversión pública tiene mucho que decir. Confieso que no tengo demasiada idea de la rentabilidad que deja este modelo de turismo. Desconozco la razón cuantitativa que justifica la defensa de esta fórmula económica. Esa razón, la dejamos para los expertos, que para eso están. Mientras, los que nos tropezamos por las calles con los representantes Imserso, aplaudimos una de las primeras iniciativas que dictó la llegada de la democracia a nuestro país, la de agradecer a nuestros mayores los muchos años de trabajo y contribución social con una jubilación digna de júbilo. Y es que en España, el Imserso nació con la democracia y con el respaldo de la inmensa mayoría de la población. No estoy muy seguro de que aquella apuesta por nuestros mayores tuviese hoy el apoyo que tuvo hace casi cincuenta años. Me temo que los proyectos políticos que nos rodean se han olvidado de ellos. Tal vez porque consideran que tienen otras cosas pendientes. Tal vez porque creen que hay otras prioridades.
Los jubilados son los grandes olvidados de nuestra sociedad y, por extensión, de la política actual. Estoy convencido de que un programa político real de apoyo a los mayores resultaría muy rentable en unas elecciones.