No es un problema nuevo, porque en 2018 los alumnos de Selectividad de Balears ya cosechaban la nota más baja en español, un 5,78 frente al 6,25 de media.
En 2024, seis años después, los datos empeoraron con una bajada relevante en los niveles de competencia lingüística y matemática. Los estudiantes de cuarto de Primaria aprobaron Lengua Castellana, pero con un 53 por cien, cuatro puntos menos que en el curso 2012-2013, cuando se hicieron los últimos análisis realizados por el Institut d’Avaluació i Qualitat del Sistema Educatiu. El año pasado también suspendieron Catalán (49 por cien), Inglés (49 por cien) y Matemáticas (47 por cien). En Primaria el nivel en catalán se desplomó diez puntos al descender del 59 al 49 por cien.
Los nuevos datos, difundidos esta semana, ratifican un preocupante retroceso que no cesa: la competencia lingüística de los alumnos menorquines sigue cayendo. En cuarto de Primaria solo el 32,2 por cien del alumnado logra la capacidad básica para leer, escribir y expresarse correctamente en castellano, una de las dos lenguas oficiales de Balears. Es el peor resultado de las Islas y evidencia un batacazo de dimensiones colosales porque en el curso 2023-2024 este porcentaje era del 60 por cien y en 2012-2013, del 65 por cien.
Un cataclismo que nos interpela a todos: profesores, padres, alumnos, la Conselleria, los sindicatos docentes y las asociaciones profesionales. A la comunidad educativa en su conjunto.
El fracaso escolar -Balears presenta las tasas de abandono más altas de España, superior al 20 por cien-, el retroceso en la adquisición de conocimiento, la incompetencia para utilizar el castellano y el catalán evidencian los déficits del sistema educativo. Influyen factores sociales, económicos y familiares, con una oferta laboral que incita a los jóvenes a abandonar los estudios.
Es una generación menos formada y menos culta. Sin espíritu crítico ni capacidad de discernimiento. Indigencia intelectual.