Tal vez a muchos de nosotros eso de repetir las cosas nos parezca aburrido o falta de originalidad e inventiva, no voy a negarlo en parte porque las modas en todos los sentidos nos empujan a estar innovando constantemente, lo cual no significa que lo nuevo sea mejor a lo que hemos dejado atrás sino simplemente diferente. Solo el paso del tiempo nos va a decir si ese invento ha sido acertado o ha pasado a ser un reto a la imaginación con poca base futurista.
Pero hablando de repeticiones, este mes se ha despertado con dos temas conocidos pero con sabores propios. Me refiero a las castañas y a sus múltiples formas de prepararlas. Yo desde hace años tengo una sartén con orificios en su base por los que pasan las llamas de mi fogón y hace que las castañas se asen, desprendiendo ese olor característico que mentalmente nos lleva a esos puestos de venta callejeros de hace ya años, en los que nos las entregaban en un cucurucho de papel de periódico que calentaba nuestras manos en aquellas frías tardes. Y la otra repetición que aparece es la de la vacunación contra la gripe.
Quienes ya tenemos una edad y aquellas personas que conviven en situaciones complicadas deberíamos vacunarnos. Yo creo que le tenemos más aprensión al pinchazo que a la propia vacuna, pero es que pillar la gripe sin esa vacuna, para quienes tenemos ya una edad avanzada, puede llegar a ser complicado y hasta peligroso. Vamos a por ella entonces, por nosotros y por quienes nos rodean.