La muerte de Amy Winehouse volverá a ser investigada por un juez forense en enero, después de que la primera pesquisa fuera invalidada al descubrirse que la magistrada encargada carecía de las cualificaciones necesarias.
Un portavoz del ayuntamiento del distrito londinense de Camden, donde residía y donde murió la cantante británica, indicó hoy que la nueva pesquisa judicial se iniciará el 8 de enero en el tribunal de Saint Pancras y, como la anterior, buscará esclarecer las circunstancias del fallecimiento.
La primera investigación tras la muerte a los 27 años de la autora de «Back to Black» fue dirigida por Suzanne Greenway, quien en octubre del año pasado determinó que su fallecimiento había sido «accidental» y posiblemente ocurrido a causa del consumo excesivo de alcohol.
Un portavoz de la familia Winehouse achacó a «razones de procedimiento» el hecho de que vuelva a investigarse la muerte de la cantante y opinó que lo previsible es que no cambie el veredicto.
«La familia estaba satisfecha con la forma en que fue dirigida la investigación y no pidió que volviese a realizarse», apuntó el portavoz.
En noviembre de 2011, la jurista Suzanne Greenway, nacida en Australia, dimitió de su cargo tras comprobarse que le faltaba el periodo de experiencia necesario para ejercer en Reino Unido.
La letrada había sido nombrada juez forense adjunta por su marido, Andrew Reid, en 2009, sin cumplir con el requisito legal de llevar cinco años registrada como abogada en el Reino Unido, pese a haber ejercido su profesión durante una década en su país natal.
Desde entonces, Reid, que también juez forense en Londres, ha dejado igualmente su cargo, pese a insistir en que los procedimientos seguidos en la pesquisa de la cantante fueron los correctos.
Amy Winehouse, una de las artistas más prometedoras del Reino Unido con numerosos galardones, fue encontrada muerta en su piso de Camden el 23 de julio de 2011, tras una larga batalla contra el alcohol y las drogas.