Tan pequeñas y, al mismo tiempo, pueden causar múltiples problemas. Las lentillas, esas pequeñas lentes que se colocan sobre la superficie del ojo para corregir los problemas de visión, nacieron como solución para prescindir de las gafas en personas con miopía, hipermetropía y astigmatismo; y, cómo no, supusieron toda una revolución para millones de personas. Sin embargo, a pesar de su comodidad durante el día, muchos usuarios suelen olvidar la higiene ocular, poniendo en riesgo su salud ocular.
¿Cómo hacemos mal uso de las lentillas? Utilizarlas más horas de las recomendadas; dormirse con ellas es otro problema; no limpiarlas después de cada uso tampoco ayuda a la higiene ocular; prolongar su vida útil, por ejemplo, algo muy habitual, puede provocar afecciones en la vista; lo mismo que no mantener limpio el estuche de las lentillas; sin olvidar que utilizar productos no homologados para su limpieza, como agua o saliva, provocan que su vida útil sea menor.
El uso incorrecto de las lentillas puede ocasionar múltiples afecciones en el ojo que, además, obliguen a dejar de utilizarlas, ya sea temporal o definitivamente. La primera es la Queratitis ocular
Una de las enfermedades más comunes derivada del mal uso de las lentillas es la queratitis ocular, que ocasiona dolor y visión borrosa. Está causada directamente por bacterias y microbios que afectan a la córnea del ojo y que pueden causar lesiones irreversibles e incluso la pérdida de visión en algunos casos.
Nuria Jorda es una joven que se hizo viral en TikTok al contar su experiencia con las lentillas. En sus vídeos ha relatado cómo se ha quedado ciega de un ojo por retirarse las lentillas sin lavarse las manos previamente y dormir con ellas. Su objetivo es concienciar a la población joven que no es una broma y que tiene graves consecuencias.
Otra afección es la conjuntivitis, que se asocia al uso de lentillas, así como a factores ambientales como la suciedad, la falta de humedad o el contacto con superficies contaminadas o irritativas (como el cloro de piscinas o el agua salada de las playas). El abuso de lentes de contacto produce esta infección que se localiza en la conjuntiva, situada bajo el párpado superior y entre cuyas misiones está lubricar el ojo.
El ojo seco, otra patología habitual de nuestro tiempo, en el que abusamos de pantallas, ordenadores, teléfonos o tablets. No es un problema exclusivo de los usuarios de lentes de contacto, pero sí es cierto que se agrava, ya que el ojo pierde parte de su lubricación natural. Los síntomas se podrían confundir con la conjuntivitis. El resultado es una fatiga ocular que recomienda la retirada de las lentillas y el uso de gotas para complementar la hidratación.
La úlcera corneal, causada por pequeñas heridas superficiales, es el primer paso de la queratitis antes mencionada. Colirios, prescindir de las lentillas y el reposo son claves para recuperarse de esta enfermedad ocular.