¿Agujetas después de entrenar? Estos temidos dolores pueden suponer un verdadero problema para realizar las tareas del día a día. Los hay que se acuestan en el sofá y quienes optan por continuar sin cambio alguno con sus planes e, incluso, vuelven a entrenar. ¿Cuál de las dos posturas es la correcta? Lo cierto es que ni una ni otra. Bajo el nombre de «agujetas» definimos el dolor muscular característico que aparece tras realizar un sobreesfuerzo. Suelen aparecer entre 16 y 24 horas después, pero no es hasta las 48 horas posteriores cuando el dolor alcanza su punto álgido.
En concreto, son microrroturas de fibras musculares, que pueden afectar a uno o varios músculos del cuerpo, a los que se suma la inflamación muscular. Las agujetas son un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo que nos avisa de que estamos haciendo un sobresfuerzo para el que nuestros músculos todavía no están preparados. Ante un episodio de agujetas, lo más recomendado es realizar ejercicio físico, siempre y cuando sea de intensidad baja (es decir, no conviene volver a realizar una rutina de ejercicios intensa, como puede ser correr o levantamiento de pesas). Una buena idea, en esta línea, sería ir a caminar, nadar o pasear. De hecho, la realización de ejercicio con agujetas es beneficiosa, ya que ayuda a que la circulación alcance los músculos cansados, favoreciendo así una recuperación más rápida. Para tal fin también es recomendable aplicar frío en la zona afectada o hacer estiramientos.
¿Cómo prevenir las agujetas?
Sn duda, mejor que tratar de aliviar las agujetas es prevenirlas. Para ello, lo más importante es estirar antes de entrenar, ducharse con agua fría tras la realización del ejercicio y mantener una dieta sana y equilibrada, rica en vitamina C y proteínas para aportar la energía necesaria a los músculos.