El dilema sobre cómo abrir un plátano parece una pregunta algo extraña, pero en realidad, hay algo de ciencia y evolución involucradas en ello. Para la mayoría de nosotros, la elección es obvia: tomamos el tallo largo y ligeramente curvado que sobresale en un extremo del plátano y lo tiramos hacia abajo. Sin embargo, existe un enfoque alternativo que podría ser más efectivo y que nos llega directamente de la naturaleza.
Los primates, nuestros parientes más cercanos en el reino animal, han estado comiendo plátanos durante millones de años, mucho antes de que los humanos los descubriéramos. Pues bien, si los observamos ellos los abren desde el 'otro' extremo, el que parece el fondo cuando el plátano está colgado en un racimo. Este enfoque tiene varias ventajas.
1. Primero, abrir el plátano desde este extremo es, de hecho, más fácil. No requiere la misma cantidad de fuerza que se necesita para doblar hacia atrás el tallo del plátano, y el resultado es que se abre limpiamente, sin los hilos fibrosos que a veces quedan cuando se abre desde el otro extremo.
2. En segundo lugar, esta técnica proporciona un práctico 'mango' para sostener el plátano mientras se come. El tallo, que es más rígido y fácil de agarrar, se convierte en un utensilio natural y comestible.
Entonces, ¿por qué los humanos tienden a abrir los plátanos 'al revés'? Probablemente es porque vemos el tallo como una especie de asa o tirador, similar a cómo abriríamos cualquier lata. Además, muchos de nosotros simplemente los abrimos de la manera en que nos enseñaron cuando éramos niños, sin preguntarnos si había una forma 'correcta' o 'incorrecta' de hacerlo. Aunque puede parecer una cuestión trivial, la forma en que los abrimos puede decirnos algo sobre cómo interpretamos e interactuamos con el mundo a nuestro alrededor. Entender que hay más de una forma de hacer las cosas, incluso algo tan simple como abrir un plátano, puede abrirnos la puerta a nuevas perspectivas y enfoques en otros aspectos de nuestras vidas.