Las llagas en la boca pueden resultar sumamente molestas e incómodas. Ya sea por estrés, morderse accidentalmente, o una sensibilidad a ciertos alimentos, es probable que, en algún momento, hayas tenido que lidiar con ellas. Afortunadamente, existen remedios que pueden aliviar el dolor y promover la curación. A continuación, te presentamos tres soluciones caseras:
Agua con sal
El enjuague bucal con agua salada es uno de los remedios caseros más tradicionales y efectivos para las llagas. La sal tiene propiedades antisépticas que ayudan a limpiar la zona afectada y a reducir la inflamación. Simplemente disuelve una cucharadita de sal en un vaso de agua tibia, haz gárgaras durante unos 30 segundos y escúpelo. Realiza este enjuague 2 o 3 veces al día.
Infusión de manzanilla con miel
La manzanilla es conocida por sus propiedades antiinflamatorias, mientras que la miel aporta un efecto antibacteriano. Juntas, forman una combinación poderosa. Para preparar la infusión, agrega una cucharada de flores de manzanilla a una taza de agua hirviendo y déjala reposar por 5 minutos. Luego, agrega una cucharada de miel. Una vez que esté tibia, úsala para hacer enjuagues bucales durante 30 segundos antes de escupir.
Aloe vera
El aloe vera ha sido utilizado por siglos en la curación de heridas y quemaduras, y también es un remedio efectivo para esto. Su gel contiene componentes antiinflamatorios y curativos y tan solo hay que aplicar un poco de gel directamente sobre la zona afectado y realizar este procedimiento varias veces al día.
Si bien estos remedios caseros pueden ser muy útiles, es fundamental recordar que si las llagas son muy grandes, persistentes o extremadamente dolorosas, es importante consultar a un médico o dentista. Sin embargo, con estos tres consejos, es posible aliviar la molestia y acelerar el proceso de curación.