De repente un día te despiertas y ves que te ha salido un orzuelo, es muy molesto a la vez que incómodo. Debemos tener cuidado en no infectarlos más, por ello, se aconseja lavarse las manos antes de aplicar el tratamiento y no tocar la zona. Los orzuelos son una tumoración infecciosa circunscrita que provoca dolor en la zona del párpado. Existen dos tipos: los internos que afectan a la glándulas de meibomio y los externos a las glándulas sebáceas de las pestañas.
Pero, ¿cuáles son las causas de la aparición?. Los orzuelos aparecen cuándo se inflaman las glándulas sebáceas, ubicadas en los parpados y cuya función es lubricar y proteger la piel. Debido a la acumulación de grasa que sale por los orificios de la piel a veces se crean tapones formando de esta manera un orzuelo. Las causas más habituales para que se produzcan es por la proliferación de bacterias llamadas Staphylococcus aureus (estafilococo).
Otras de las causas también pueden ser la blefaritis, que es una inflamación crónica del ojo, junto a los cambios hormonales y el estrés. Por otro lado, también existe una predisposición familiar así como aquellos que tienen piel rosácea. En cuánto a lo que debemos hacer en caso de aparición de un orzuelo, primero de todo es visitar a un oftalmólogo para que nos indique como está. Nos recetará probablemente un antinflamatorio o analgésico para aplicar encima de la zona afectada, el uso de pomadas también ayuda en caso que sea una sobre-infección. Dependiendo de la gravedad lo normal es que desaparezca en 20 días o antes.
Para evitar su aparición podemos hacer diversas cosas, como por ejemplo, no compartir objetos personales de aseo como son las toallas, maquillaje y similares. Especialmente, si tenemos la piel grasa, debemos asegurarnos de tener la piel limpia para que no se acumule la grasa, y en caso de llevar maquillaje retirarlo todo antes de irnos a dormir.