Las nueces son un alimento tradicionalmente ligado a los beneficios para el cerebro gracias a su forma peculiar, pero, más allá de eso, se están convirtiendo en un tema recurrente en el mundo de la nutrición. Al igual que los anarcados tienen beneficios en nuestros dientes y huesos, las nueces pueden influir en nuestra salud cardiovascular. ¿De qué forma? A continuación lo explicamos.
Las nueces son ricas en ácidos grasos esenciales, específicamente en ácido alfa-linolénico (ALA), un tipo de ácido graso omega-3. Estos ácidos grasos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas al disminuir el colesterol malo, reducir la inflamación y mejorar el funcionamiento de las arterias. Un estudio reciente mostró que las personas que consumen nueces regularmente tienen un riesgo significativamente menor de padecer enfermedades cardiovasculares.
¿Cuántas nueces deberíamos consumir?
Aunque las nueces son beneficiosas, como con cualquier alimento, es esencial no excederse. Según las recomendaciones nutricionales, un puñado al día (aproximadamente 30 gramos o unas 7 nueces) es suficiente para aprovechar sus beneficios sin consumir calorías de más. Esta cantidad proporciona la dosis óptima de ALA y otros nutrientes que contribuyen a la salud cardiovascular. Además de los ácidos grasos esenciales, las nueces son una fuente rica de antioxidantes, que pueden ayudar a proteger el corazón de los daños causados por los radicales libres. También contienen arginina, un aminoácido que se transforma en óxido nítrico en el cuerpo, relajando los vasos sanguíneos y mejorando la circulación.
Si bien las nueces son poderosas aliadas para el corazón, es crucial recordar que deben ser parte de una dieta equilibrada y variada. Comer nueces mientras se sigue una dieta rica en alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares no tendrá el mismo efecto protector. Por lo tanto, integrar las nueces en una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras maximizará sus beneficios cardiovasculares. Las nueces no sólo son deliciosas, sino que también albergan un arsenal de nutrientes que benefician al corazón. Su consumo regular puede ser una herramienta potente en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, como con cualquier superalimento, es vital asegurarse de que se consumen como parte de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.