El libertario Javier Milei se ha adjudicado la victoria en las elecciones presidenciales en Argentina, y lo ha hecho con un discurso rupturista centrado en Uno de sus pilares es dolarizar la economía como forma de atenuar la fuerte crisis de inflación que vive la nación sudamericana, instalada en índices desaforados desde hace décadas. Por tanto surgen dudas razonables. Qué es la dolarización y cómo operaría este proceso económico en un intento de estabilización de la economía argentina, una de las más importantes de América del Sur.
Los expertos en Economía catalogan como dolarización el proceso por el cual un país adopta el dólar estadounidense como moneda de curso legal, una sustitución de moneda que en la actualidad es utilizada por varios estados en el mundo y sobre la cual existen distintas formas de implementarla. Fundamentalmente existen dos razones que sustentan dicha dolarización, para apoyar el momento de la independencia de un estado, como sucedió por ejemplo en Panamá, o bien como un resorte para acabar con una situación de hiperinflación, como sucedió con Zimbabue o en la actualidad se baraja en Argentina.
Por tanto, la dolarización como tal no representa una novedad e incluso en América Latina existen otros ejemplos que anteriormente han optado por esta política monetaria. Son El Salvador, Panamá, además de Palaos, Timor Oriental, las Islas Marshall, y los Estados Federados de Micronesia. En el caso particular de Argentina, Milei prometió durante la campaña electoral pasar la motosierra, o lo que él denomina «la destrucción del Banco Central», lo que implica vender todos sus activos, e imponer el dólar como la moneda oficial en Argentina. El principal problema reside en que nadie sabe dónde está la cantidad ingente de dólares que se precisan para llevar a cabo esta operación.
Al respecto existen distintos paradigmas; el de los economistas Emilio Ocampo y Nicolas Cachanosky es la propuesta por la que se inclina el libertario y propone abordar dos cuestiones cruciales: eliminar la inflación y estabilizar las variables económicas. Asimismo, el economista enfatiza que este proceso debe llevarse a cabo en un plazo que no exceda abril o mayo de 2025. Según Ocampo, es esencial contar con un sólido respaldo político que permita la pronta estabilización de la economía, algo que hasta ahora no era posible.
Pero todo ha cambiado con el triunfo de Milei, quien ha ‘vendido' durante los últimos tiempos las bondades de la dolarización, según él la alternativa con menor probabilidad de fracaso para atajar los crecientes problemas de precariedad e inseguridad laboral y financiera. «Para estabilizar, las opciones son fijar el tipo de cambio nominal, la base monetaria y la tasa de interés. En el mundo emergente, la estabilidad se consigue con un tipo de cambio fijo. Y eso, por decisión del Banco Central, o por una Convertibilidad no va a funcionar y nos deja solo a la dolarización como esquema».
«Se necesita una reforma monetaria dura. Actualmente la economía está dolarizada de facto» reseñaba Ocampo hace algún tiempo. «Lo que proponemos no es eliminar el peso, sino darle a los argentinos la opción de elegir la moneda que quieren usar. «El peso lo va a ir eliminando la gente, no el gobierno» aseguró en una ocasión el economista de cabecera de Milei, que señaló el modelo de dolarización de El Salvador como un esquema a imitar, un proceso «voluntario» donde al principio se dejarán de emitir pesos, para coexistir ambas monedas durante un tiempo, mientras los depósitos bancarios se dolarizan de forma inmediata.