Hablar a tu perro con un tono similar al que usarías con un bebé, conocido como baby-talk, es más que un capricho de dueños amorosos; tiene fundamentos científicos que benefician tanto al animal como al humano. Este tipo de comunicación no solo es común, sino que también ha demostrado ser efectiva para fortalecer los lazos emocionales entre el perro y su dueño.
La ciencia ha demostrado que los perros responden de manera positiva al baby-talk. Este estilo de habla se caracteriza por tener un tono alto y modulado exageradamente, lo cual parece captar mejor la atención de los perros. Un estudio publicado en Communications Biology observó cómo los perros respondían a este tipo de habla, notando una mayor actividad cerebral cuando los sonidos se presentaban con estas características acústicas específicas. Los investigadores encontraron que tanto los bebés como los perros muestran una activación neural más fuerte ante el habla dirigida hacia ellos, lo que sugiere una similitud en cómo ambos procesan estos estímulos auditivos.
Además de mejorar la comunicación, hablar a tu perro como si fuera un bebé puede tener efectos emocionales significativos. Ayuda a fortalecer el vínculo entre el dueño y el perro, proporcionando un sentido de seguridad y bienestar al animal. Esta forma de comunicación también puede aumentar la felicidad y la salud del dueño, ya que establecer un vínculo fuerte con una mascota ha demostrado reducir el estrés y la soledad.
Igualmente, aunque pueda parecer que solo se trata de una peculiaridad adorable, este comportamiento tiene raíces profundas en nuestra evolución. La manera en que modificamos nuestro habla para dirigirnos a los perros y a los bebés refleja una capacidad adaptativa para nutrir relaciones con otros seres dependientes, promoviendo la cohesión social y el cuidado mutuo. Los perros han coevolucionado con los humanos durante miles de años, adaptándose no solo a nuestro ambiente sino también a nuestras formas de comunicación social.
Hablar a tu perro con ternura no es solo una muestra de afecto, sino una herramienta comunicativa que refuerza el vínculo emocional y mejora el bienestar de ambos. Así que la próxima vez que te encuentres hablando a tu perro con un tono dulce y cantarín, recuerda que no solo es un acto de amor, sino una práctica respaldada por la ciencia.