La Dirección General de Tráfico (DGT) estudia la posible incorporación de una nueva señalización en las carreteras españolas, siguiendo el ejemplo de Francia. Se trata de señales circulares con un borde verde, que podrían suponer un cambio importante en la forma en que se orienta y se aconseja a los conductores en situaciones de riesgo potencial.
Estas señales, a diferencia de las tradicionales con borde rojo que indican prohibición, están diseñadas para sugerir una velocidad máxima recomendada, promoviendo así una conducción más segura y consciente en determinadas zonas. Aunque no son de cumplimiento obligatorio, su implementación busca mejorar la seguridad vial, especialmente en áreas donde las condiciones pueden cambiar rápidamente, como en tramos montañosos o en zonas propensas a condiciones climáticas adversas.
El uso del color verde es intencional; se asocia comúnmente con conceptos de seguridad y recomendación en el contexto de la señalización vial. En lugar de imponer una velocidad fija, estas señales pretenden ofrecer una guía para los conductores, instándolos a reducir la velocidad de manera voluntaria cuando las condiciones lo sugieren. Esto es especialmente útil en situaciones donde la visibilidad es reducida o la carretera presenta curvas peligrosas.
La DGT aún no ha confirmado la fecha exacta de la implementación de estas señales en España, pero la propuesta ha generado un debate interesante sobre cómo equilibrar la regulación estricta con recomendaciones más flexibles que puedan adaptarse mejor a las circunstancias específicas del momento.