Encontrar un trébol de cuatro hojas es considerado por muchos como un símbolo de buena suerte. Sin embargo, parte de su valor radica precisamente en su rareza. Según los expertos, solo se puede encontrar uno por cada 10,000 tréboles de tres hojas, lo que lo convierte en una verdadera excentricidad de la naturaleza.
Esta peculiaridad se debe a una mutación genética en el trébol, específicamente relacionada con el gen llamado PALM1. Este gen controla el desarrollo de las hojas: su versión dominante inhibe el crecimiento de una cuarta hoja, mientras que la versión recesiva permite que esta aparezca. Para que un trébol tenga cuatro hojas, ambas versiones recesivas deben estar presentes, lo que ocurre en un porcentaje muy pequeño de los casos.
Además de su rareza biológica, el trébol de cuatro hojas está profundamente arraigado en las leyendas y creencias populares. Cada una de sus hojas simboliza un aspecto positivo: fe, esperanza, amor y suerte. Esta tradición ha contribuido a que las personas asocien el hallazgo de un trébol de cuatro hojas con un futuro próspero.