Para evitar un sueño interrumpido o pesado, es importante prestar atención a los alimentos que ingieres antes de dormir. Según expertos, ciertos alimentos como el queso, el chocolate, el helado, las carnes rojas y las bebidas alcohólicas pueden afectar negativamente la calidad del sueño. Estos alimentos, ricos en grasas saturadas, azúcares y cafeína, pueden interferir con los ciclos del sueño, provocando dificultades para conciliarlo o interrupciones durante la noche.
El queso, por ejemplo, contiene tiramina, un compuesto que aumenta la actividad cerebral, dificultando el descanso. El chocolate y las bebidas alcohólicas, por otro lado, alteran la fase REM del sueño, crucial para un descanso reparador. Las carnes rojas, debido a su lenta digestión, y los alimentos azucarados como el helado, también pueden perturbar el sueño.
Para mejorar la calidad del descanso nocturno, es recomendable evitar estos alimentos al menos tres horas antes de acostarse. Optar por cenas ligeras y saludables, así como reducir el consumo de bebidas estimulantes, puede favorecer un sueño más profundo y reparador.
Además de controlar la ingesta de ciertos alimentos, establecer una rutina relajante antes de dormir también ayuda a mejorar la calidad del sueño y promover una mejor salud en general.