La salvia, conocida desde tiempos antiguos por sus propiedades curativas, es una planta mediterránea que se ha ganado un lugar destacado en la medicina natural. Su nombre, derivado del latín "salvare", significa "curar", lo que refleja sus múltiples usos terapéuticos. Entre sus beneficios más notables se encuentra la capacidad de reducir la inflamación, aliviar problemas digestivos, y equilibrar los niveles hormonales. Además, investigaciones recientes sugieren que el consumo regular de té de salvia puede mejorar la memoria y la concentración, gracias a sus compuestos antioxidantes y antiinflamatorios.
La salvia es un arbusto que puede crecer hasta 70 cm de altura y es fácilmente reconocible por sus hojas verdes azuladas y flores de tonos violetas o blancos. Su popularidad no solo se debe a su uso en la cocina como especia, sino también a su eficacia en la medicina alternativa. Contiene flavonoides, aceites esenciales y principios amargos que aportan beneficios antisépticos, antivirales y antioxidantes, lo que la convierte en un remedio eficaz para tratar dolencias como dolores reumáticos y problemas menstruales, e incluso para ayudar en la regulación de niveles de glucosa en sangre.
Uno de los efectos más estudiados de la salvia es su capacidad para mejorar la función cognitiva. Estudios han señalado que puede ser beneficiosa para personas con deterioro leve de la memoria o con enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Se ha observado que los pacientes que consumieron extracto de salvia mostraron mejoras en la memoria y en la capacidad de concentración, posiblemente debido a sus efectos antioxidantes que protegen las células cerebrales del daño por radicales libres.
Preparar una infusión de salvia es sencillo. Solo se necesitan unas pocas hojas que se dejan hervir en agua durante unos minutos. Además de ser fácil de preparar, el té de salvia es un complemento natural que se puede incorporar a la rutina diaria para disfrutar de sus múltiples beneficios.