Al enfrentar una resaca, caracterizada por dolores de cabeza, mareos y malestar general, elegir el analgésico adecuado es clave para aliviar los síntomas sin afectar la salud del hígado. Según especialistas, el ibuprofeno resulta ser la mejor opción frente al paracetamol. Aunque ambos medicamentos ayudan a reducir el dolor, el paracetamol puede ejercer una carga extra en el hígado, que ya está ocupado procesando las toxinas del alcohol.
El ibuprofeno, por su parte, cuenta con propiedades antiinflamatorias y no sobrecarga el hígado como el paracetamol, el cual es hepatotóxico. Esto significa que el paracetamol aumenta el trabajo del hígado, ya que el cuerpo necesita utilizar una molécula llamada glutatión para metabolizar tanto el alcohol como este medicamento, lo cual puede ser perjudicial en casos de alta ingesta de alcohol.
Aunque ninguno de los dos analgésicos acelera el proceso de metabolización del alcohol, el ibuprofeno es la opción recomendada, ya que minimiza los síntomas sin comprometer tanto el sistema hepático. En cambio, tomar paracetamol podría agravar el daño hepático si se usa en conjunto con el alcohol.