La fusión del café con la canela no solo deleita el paladar, sino que también ofrece una serie de ventajas para la salud. Esta mezcla, apreciada en diversas culturas, ha sido objeto de estudios que destacan sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y metabólicas.
El café, consumido por millones de personas en todo el mundo, es reconocido por su capacidad para mejorar la concentración y el estado de alerta. Además, contiene antioxidantes que combaten el daño celular y pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Por su parte, la canela, una especia milenaria, posee compuestos bioactivos como el cinamaldehído, que le confieren propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
La combinación de ambos ingredientes potencia sus beneficios individuales. Añadir canela al café puede ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre, lo que es especialmente beneficioso para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2. Un estudio publicado en el Journal of Medicinal Food encontró que la canela mejora la sensibilidad a la insulina, facilitando una mejor gestión de los niveles de azúcar en el organismo.
Además, esta mezcla puede contribuir a la salud cardiovascular. La canela ha demostrado reducir los niveles de colesterol LDL (conocido como "colesterol malo") y triglicéridos, mientras que el café, consumido con moderación, se asocia con una disminución del riesgo de enfermedades cardíacas. La sinergia entre ambos puede ofrecer una protección adicional al corazón.
Desde el punto de vista cognitivo, el café con canela puede mejorar la función cerebral. La cafeína del café estimula el sistema nervioso central, mejorando la atención y la memoria a corto plazo. La canela, por su parte, contiene compuestos que pueden retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Para disfrutar de estos beneficios, es recomendable añadir una pequeña cantidad de canela al café, evitando el exceso que podría causar efectos adversos. Además, es preferible utilizar canela de Ceilán, ya que contiene menores niveles de cumarina, una sustancia que en altas dosis puede ser tóxica para el hígado.