Esta es la razón por la que algunas personas sudan más que otras, según la ciencia

El sudor es una reacción fisiológica imprescindible para el control de la temperatura corporal, especialmente en temporadas cálidas. Sin embargo, hay personas que sudan en cantidad y frecuencia superiores, lo que puede derivar en molestias e incluso en problemas como el mal olor corporal. Este fenómeno ocurre porque el organismo libera agua a través de los poros para regular el calor mediante la evaporación, un mecanismo que, a diferencia de otros mamíferos, nos distingue por la mayor eficiencia en la regulación de esa temperatura interna.

Aunque sudar se considera normal, especialmente cuando la temperatura corporal supera niveles habituales, el exceso puede verse influenciado por diversos factores que no solo tienen que ver con el clima. En los últimos tiempos, y conforme avanza el 2025, se han profundizado los estudios para comprender qué hace que algunas personas suden más que otras, otorgando especial importancia a aspectos genéticos, alimenticios y hormonales.

Entender estos elementos es esencial para controlar la sudoración y evitar incomodidades. A continuación, analizaremos seis motivos clave señalados por expertos y sociedades médicas en España que explican este fenómeno y brindan consejos útiles para evitar que el sudor se convierta en un problema.

Sudoración: mecanismo natural y sus agentes implicados

Desde un punto de vista fisiológico, el sudor está compuesto mayormente por agua, además de sales minerales como cloruro sódico, sales calcícas y potásicas, acido láctico, y desechos metabólicos como la urea. Estos elementos salen a través de dos tipos principales de glándulas: las ecrinas, distribuidas por toda la piel, y las apocrinas, situadas en zonas con vello como axilas, ingles o cuero cabelludo.

Contrario a la creencia popular, ni las glándulas ecrinas ni las apocrinas son responsables directas del mal olor. Este se origina cuando las bacterias y hongos de la flora cutánea fermentan y transforman los componentes del sudor en compuestos olorosos, especialmente en las zonas donde el sudor es más denso o concentrado. Esto explica por qué en los meses calurosos, la sudoración combinada con falta de higiene o de ventilación adecuada puede acentuar el mal olor corporal.

Principales causas de la sudoración excesiva

Si bien el calor ambiental influye en la cantidad de sudor que producimos, existen otras razones por las que algunas personas pueden sudar más.

El componente genético juega un papel determinante, ya que ciertas personas tienen mayor tendencia a la hiperhidrosis, un trastorno que incrementa la sudoración sin relación directa con la temperatura. Además, en muchas mujeres posmenopáusicas, los cambios hormonales provocan episodios frecuentes de sudoración intensa, que pueden aparecer incluso en invierno o cuando el calor es moderado.

Factores externos, como la ropa que vestimos, la alimentación o el nivel de estrés diario, también inciden notablemente. En España, donde en 2025 se mantienen las altas temperaturas estacionales, controlar estos hábitos es clave para evitar una sudoración incómoda y desmesurada.

Seis motivos que más inducen a que sudemos de más

La Sociedad Internacional de Hiperhidrosis ha identificado algunas prácticas comunes que fomentan el aumento de la sudoración. Conocerlas puede ser el primer paso para lograr un mejor manejo del sudor.

1. Aplicar antitranspirante en horarios inadecuados

Un error habitual es usar el antitranspirante por las mañanas. Lo ideal es realizar esta aplicación por la noche, cuando la piel está seca y la sudoración es menor, permitiendo que ingredientes como el aluminio o zinc formen una barrera en los poros para reducir el flujo de sudor. Aplicarlo sobre piel húmeda o sudada puede disminuir su eficacia y causar irritación.

2. Consumo excesivo de comidas picantes

Platos con gran cantidad de chile, pimientos picantes o especias activan el neurotransmisor acetilcolina, provocando que el cuerpo reaccione aumentando la sudoración. La sustancia capsaicina responsable del picante engaña al organismo haciendo que perciba sensación de calor. Evitar abusar de estos alimentos ayuda a moderar el sudor y a mejorar el confort térmico.

3. Dietas con alta ingesta de carne e hidratos y baja en vegetales

Especialmente en España, donde la diversidad gastronómica permite una dieta equilibrada, la carencia de magnesio —un mineral crucial para múltiples procesos fisiológicos— puede favorecer la sudoración excesiva. Este mineral se encuentra principalmente en frutas, verduras, legumbres, pescado y frutos secos. Una dieta desequilibrada en la que predominan carnes y productos procesados puede reducir significativamente los niveles de magnesio en el organismo.

4. Ingesta insuficiente de agua

Contrario a lo que se cree, beber poca agua puede aumentar la sudoración. Un cuerpo bien hidratado regula mejor su temperatura, haciéndolo más eficiente al sudar. La deshidratación obliga al organismo a esforzarse más para enfriarse, lo que se traduce en mayor producción de sudor y riesgo de malestar o fatiga.

5. Uso de prendas sintéticas o chaquetas de cuero en temporadas cálidas

Las fibras sintéticas y el cuero dificultan la transpiración, atrapando el sudor contra la piel y empeorando la sensación térmica. Para favorecer una adecuada evaporación y mantener la temperatura corporal adecuada, lo recomendable es optar por ropa elaborada con tejidos naturales como el algodón o el lino.

6. Consumo excesivo de cafeína y otros estimulantes

El café, té y similares elevan la actividad del sistema nervioso, incrementando la liberación de cortisol, la hormona del estrés. Esto genera un aumento en la temperatura corporal, que el organismo intenta compensar con mayor sudoración. Por ello, especialmente en mujeres posmenopáusicas, moderar la cafeína es fundamental para evitar estos episodios incómodos.