El modelo tradicional de jubilación ha experimentado en los últimos años una evolución constante para adaptarse a las necesidades cambiantes de los trabajadores y pensionistas. Con la entrada en vigor de nuevas normativas y la propuesta del Gobierno para introducir la jubilación reversible, se abre un debate sobre cómo facilitar la reincorporación laboral de los pensionistas, conciliando la percepción de la pensión con el trabajo remunerado.
A día de hoy, la jubilación flexible es una realidad regulada y aplicada desde hace más de dos décadas, mientras que la jubilación reversible está todavía en fase de proyecto, con ciertos incentivos económicos en discusión. Ambas modalidades permiten que los jubilados puedan volver al mercado laboral, pero presentan diferencias esenciales en cuanto a condiciones y beneficios.
Para entender mejor estos dos modelos y las implicaciones que tienen en el sistema de pensiones español, es fundamental conocer sus características específicas y el contexto en el que se enmarcan.
El sistema de pensiones en una etapa de transformación
El sistema público de pensiones se considera dinámico y adaptable, evitando un modelo rígido donde la jubilación significa automáticamente la renuncia al empleo y la percepción inalterable de la pensión. Las reformas aplicadas a lo largo de los últimos 15 años han tenido como objetivo principal aumentar la sostenibilidad financiera del sistema y adecuar las condiciones a una realidad social y económica en evolución.
En 2011, con la Ley 27/2011, se adoptaron medidas para incrementar paulatinamente la edad legal de jubilación y ampliar los años cotizados necesarios para retirar la pensión a los 65 años, para quienes así lo deseaban. Posteriormente, se introdujeron incentivos para retrasar la jubilación y penalizaciones para las jubilaciones anticipadas, intentando alargar la vida laboral activa y reducir la presión sobre las arcas públicas.
En este contexto surgió la modalidad de jubilación flexible, y ahora el Gobierno plantea una nueva figura, la jubilación reversible, que pretende continuar esta línea de flexibilización y de incentivos.
Características y funcionamiento de la jubilación flexible
La jubilación flexible en España se estableció mediante el Real Decreto 1132/2002 y está diseñada para aquellos pensionistas que desean reincorporarse a un empleo a tiempo parcial, compatibilizando salario y pensión de manera proporcional a la jornada laboral desarrollada.
Desde el 1 de abril de 2025, este modelo permite que el pensionista reduzca su jornada entre el 25% y el 75% respecto a un trabajador equivalente a tiempo completo. En función de ese porcentaje, la pensión que recibe se ajusta, disminuyendo proporcionalmente para evitar una doble percepción plena.
Una condición imprescindible es que el nuevo contrato cumpla con los límites de jornada acordados y que el beneficiario ya perciba una pensión contributiva. Es obligatorio informar a la Seguridad Social antes de reincorporarse al trabajo para hacer los ajustes necesarios en la pensión y en la cotización.
Cuando finaliza el contrato laboral, el pensionista debe notificarlo para que se restaure el cobro íntegro de la pensión, que puede verse incrementada si el trabajador continúa cotizando o si se corrigen coeficientes reductores en caso de haber accedido a jubilación anticipada.
Durante todo el período de la jubilación flexible, el beneficiario mantiene la condición de pensionista, garantizando así todas las prestaciones asociadas, especialmente las sanitarias.
Es importante recordar que esta modalidad no está disponible para jubilados con pensión de incapacidad permanente ni para ciertos regímenes especiales, como el de Funcionarios Civiles del Estado, las Fuerzas Armadas ni personal de la Administración de Justicia.
La propuesta de jubilación reversible: novedades y retos por definir
La jubilación reversible representa una iniciativa aún no oficial que el Gobierno estudia para ampliar las posibilidades de reincorporación laboral de los pensionistas con mayores ventajas y estímulos.
Las líneas maestras de esta modalidad son:
- Permitir trabajar entre el 40% y el 80% de una jornada completa, ampliando así el rango respecto al límite del 75% máximo en la jubilación flexible.
- Incluir complementos económicos adicionales a la pensión. Por ejemplo, para quienes trabajen entre un 40% y un 60%, la pensión podría aumentar un 10%. Y para jornadas del 60% al 80%, el complemento podría ser del 20%.
- Facilitar la reincorporación a jornada completa con suspensión temporal del cobro de la pensión, la cual se retomaría al finalizar el nuevo contrato laboral.
Estos planteamientos buscan incentivar la reincorporación y reconocer la valiosa experiencia de los jubilados que desean seguir aportando al mercado laboral sin perder beneficios.
No obstante, su implementación definitiva dependerá del avance de la redacción normativa y del consenso político-social que se logre durante 2025 y años posteriores.
Que trabajen los jóvenes, que hay mucho zángano, los mayores toca descansar después de trabajar toda la vida.