En el norte de España existe una ensalada tradicional muy apreciada que ha conquistado a quienes buscan una opción fresca y llena de nutrientes para las noches cálidas. Se trata de la piriñaca, una receta originaria de Cantabria y extendida a zonas de Andalucía, con una preparación sencilla y elementos que reflejan la riqueza gastronómica del país.
El corazón de este plato es la patata cocida cortada en trozos generosos, a diferencia de otras ensaladas donde los ingredientes suelen presentarse finamente picados. A esta base se le suma una variedad de hortalizas frescas como tomate y lechuga, y opcionalmente otras verduras crudas como zanahoria o pimiento, que aportan textura y sabor.
Además, es común incorporar ingredientes proteicos como el atún en conserva y huevos cocidos, lo que convierte a esta preparación en un plato completo y apto tanto para cenas ligeras como para acompañar pescado. La sazón se completa con aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal, ingredientes que realzan el gusto sin restar frescura al conjunto.
Origen y variantes en el norte y sur de España
Esta ensalada tiene raíces claras en Cantabria, donde se consume principalmente en verano, aprovechando la frescura de los productos de temporada. Sin embargo, también es popular en Andalucía, concretamente en la provincia de Cádiz, donde se sirve con frecuencia durante casi todo el año. Allí se utiliza como guarnición para platos de pescado azul asado y para acompañar huevas de peces como la merluza.
La patata cocida es el protagonista indiscutible en ambas regiones, aunque la presentación y algunos ingredientes secundarios pueden variar. Mientras en Cantabria se tiende a utilizar verduras frescas y más abundantes, en Cádiz el plato suele simplificarse para complementar sabores marinos.
Preparación básica y consejos para degustarla
Para hacer esta ensalada en casa es fundamental conservar el protagonismo de la patata cocida. Se recomienda elegir tubérculos firmes y de tamaño mediano para que, al cortarlos en trozos, mantengan textura firme y no se deshagan al mezclarlos. Es aconsejable cocerlas con piel y luego pelarlas para evitar que absorban exceso de agua.
La combinación de hortalizas varía según el gusto personal, pero lo habitual incluye tomate, lechuga fresca, zanahoria rallada y pimiento crudo. Otro consejo práctico es evitar cortar todo demasiado pequeño, preservando diversidad de texturas que hacen el plato más atractivo.
Respecto a las proteínas, el atún en conserva y el huevo cocido aportan sabor y nutrientes esenciales. Es importante que sean frescos y de buena calidad para mantener el carácter saludable del plato.
Conexión con la dieta mediterránea y beneficios nutritivos
Este plato refleja perfectamente los principios de la dieta mediterránea, considerada por la Organización Mundial de la Salud como una de las más saludables. La presencia de aceite de oliva virgen extra, hortalizas frescas y patata garantiza un aporte equilibrado de grasas saludables, fibra y carbohidratos de calidad.
Además, la versatilidad de esta ensalada permite adaptarla a diferentes necesidades dietéticas, ya que se puede enriquecer con más verduras o reducir la cantidad de atún para quienes prefieran una opción más ligera.
Per a gusts, EL COLORS .