En España, es habitual buscar formas prácticas para optimizar las rutinas domésticas, como lavar la ropa mientras nos duchamos. Sin embargo, expertos en fontanería alertan de que esta costumbre podría incrementar considerablemente las facturas de electricidad y generar problemas en el suministro de agua caliente.
Según explican profesionales del sector, en muchas viviendas españolas la ducha y la lavadora comparten la misma instalación de agua, lo que puede provocar fluctuaciones sensibles en la presión y la temperatura mientras se utilizan simultáneamente. Esta situación es especialmente común en hogares que cuentan con calderas de capacidades medianas, entre 110 y 150 litros.
Muchos usuarios desconocen que estos sistemas pueden presentar limitaciones técnicas que, a largo plazo, comprometen la eficiencia energética y afectan el confort durante la ducha.
Problemas derivados del uso simultáneo de ducha y lavadora
El principal inconveniente radica en que el calentador de agua debe abastecer dos demandas a la vez, lo que, en sistemas inadecuados, conlleva una caída notable tanto en la presión del agua como en su temperatura. En situaciones comunes, el agua que abastece la lavadora —generalmente tibia o caliente— proviene de la misma fuente que el baño, que al saturarse, causa que el momento de la ducha se vuelva incómodo o incluso impredecible.
Alex Atkinson, fontanero y especialista citado por el medio NVO Akseleratorius, señala que cuando la caldera no es lo suficientemente grande o el sistema carece de regulación adecuada de presión, se notarán variaciones durante la ducha, percibiéndose un flujo desigual y temperaturas por debajo de lo esperado. Esto se traduce en una experiencia desagradable y una mayor ineficiencia del sistema.
Implicaciones económicas y energéticas en el hogar
El uso simultáneo de ducha y lavadora no solo afecta la comodidad sino que también tiene consecuencias directas en el gasto energético. Cuando el calentador intenta suministrar agua caliente para dos flujos simultáneos, su rendimiento se reduce y se ve forzado a trabajar de manera más intensa, lo que provoca un aumento del consumo eléctrico y, por lo tanto, eleva las facturas de la luz en los hogares españoles.
Además, esta situación podría acelerar el desgaste prematuro del calentador, generando así costes extra de mantenimiento o reemplazo que lejos de compensar el tiempo ganado, suponen un gasto adicional para los usuarios.
Estos factores invitan a los propietarios a evaluar su sistema doméstico con atención y buscar soluciones técnicas adecuadas para evitar sobrecargas y pérdidas innecesarias.
Alternativas para mejorar la instalación y evitar molestias
Los expertos recomiendan a quienes sufren estas variaciones que valoren la posibilidad de instalar una caldera con mayor capacidad o apostar por un calentador de agua por flujo continuo. Este tipo de dispositivos ofrecen un suministro constante y más eficiente, evitando que el uso simultáneo afecte la temperatura.
De igual forma, existen dispositivos que regulan el flujo y la presión, como mezcladores termostáticos o válvulas de equilibrio de presión en el cabezal de la ducha. Estas soluciones técnicas permiten mantener una temperatura estable sin importar si otros grifos o electrodomésticos están en funcionamiento.
Asimismo, se recomienda realizar una revisión completa del sistema de tuberías en viviendas con instalaciones antiguas o con boilers pequeños, para evaluar la capacidad real del sistema frente a las demandas actuales de uso.
i si posam la rentadora dins la dutxa, que pot sortir malament?