La Policía Nacional ha lanzado un llamamiento urgente a través de sus redes sociales para tratar de identificar a una mujer que fue hallada sin vida en un hotel de Premiá de Mar (Barcelona) el 27 de enero de 1999. El caso, aún sin resolver después de 26 años, ha vuelto a activarse con una campaña en la que solicitan la colaboración ciudadana para dar nombre a la víctima, conocida en la investigación como 'la mujer que no estaba sola'. El mensaje difundido por una de las agentes es claro y directo: «¿La reconoces?», pregunta en el vídeo compartido a través de los canales oficiales.
«Su cuerpo fue hallado en la habitación de un hotel en Premiá de Mar, Barcelona, el 27 de enero del año 1999 con las manos atadas y señales de los actos de violencia que podrían haberle provocado la muerte», explica la portavoz policial en el material audiovisual que está circulando por Instagram. Según los datos facilitados por la Policía Nacional, la víctima tenía entre 23 y 25 años en el momento de su fallecimiento, medía 1,70 metros, era de piel clara, ojos azules y cabello castaño claro. Como rasgo identificativo adicional, tenía dos perforaciones para pendientes en cada oreja.
El comunicado policial añade un dato crucial para la investigación: «En el hotel se alojaba en compañía de un hombre que hablaba inglés y francés y según indicaron varios testigos al parecer la familia provenía de Ginebra, Suiza». Este homicidio, ocurrido a finales de los años 90, permanece como uno de los casos sin resolver en los archivos policiales. La particularidad del mismo radica en que, después de 26 años, las autoridades aún no han podido identificar a la víctima, un paso fundamental para poder avanzar en la investigación y determinar quién pudo ser el responsable de su muerte.
La iniciativa actual se enmarca dentro de los esfuerzos de la Policía Nacional por resolver casos antiguos utilizando las nuevas tecnologías y el alcance de las redes sociales. El objetivo es que alguien pueda reconocer a la mujer a partir de los datos físicos proporcionados y así poder notificar a sus familiares sobre su destino, además de reactivar una investigación que ha permanecido estancada durante más de un cuarto de siglo. Junto con el vídeo difundido, las autoridades han compartido un enlace a la base de datos de la Interpol, donde se pueden consultar más detalles sobre el caso.
Métodos de investigación en casos antiguos
La reapertura de este tipo de casos, conocidos en el argot policial como 'casos fríos', responde a una estrategia cada vez más común entre los cuerpos de seguridad de todo el mundo. Las nuevas técnicas forenses y el análisis de ADN permiten obtener información que hace décadas era imposible conseguir, mientras que la difusión a través de internet puede hacer llegar la información a millones de personas en cuestión de minutos. Desde la Policía Nacional han enfatizado la importancia de la colaboración ciudadana: «Si reconoces a esta mujer, ayúdanos a identificarla», señalan al final del comunicado.
Este tipo de llamamientos han demostrado ser efectivos en otras ocasiones, especialmente cuando se trata de casos que quedaron archivados por falta de pistas o tecnología para seguir avanzando en su momento. La difusión del caso a través de redes sociales también pretende llegar a la comunidad internacional, especialmente a personas vinculadas con Ginebra (Suiza), lugar del que según los testigos podría proceder la familia de la víctima. El hecho de que el hombre que la acompañaba hablara inglés y francés refuerza esta hipótesis.
El caso en cuestión ha sido bautizado por los investigadores como 'la mujer que no estaba sola', en referencia a que se encontraba acompañada por un hombre en el hotel de Premiá de Mar. Este individuo, que podría ser clave para resolver el caso, nunca fue identificado y desapareció tras los hechos, convirtiéndose en el principal sospechoso del crimen. Las circunstancias del hallazgo -con la víctima maniatada y con signos de violencia- apuntan claramente a un homicidio, pero la falta de identificación de la mujer ha impedido establecer móviles claros o conexiones con otros posibles crímenes.
El hecho de que ocurriera en 1999, cuando los registros de ADN estaban menos desarrollados y la cooperación internacional en materia policial no era tan fluida como en la actualidad, ha dificultado enormemente la resolución del caso. La Policía Nacional ha habilitado sus canales habituales para recibir información sobre este caso. Cualquier persona que crea reconocer a la mujer a partir de los datos físicos proporcionados puede ponerse en contacto con las autoridades. Además, el enlace compartido a la base de datos de Interpol permite acceder a más información sobre el caso y facilita un canal de comunicación internacional para aportar datos.