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Juan José, mecánico, avisa a los conductores: «La grasa es el peor enemigo de los embragues»

El experto recomienda que a la hora de tocar las piezas nuevas hay que tener siempre todo muy limpio y en la medida de lo posible usar guantes

Dos momentos del vídeo compartido en redes sociales | Foto: TikTok

| Madrid |

Los mecánicos profesionales lo tienen claro: la grasa puede arruinar por completo un embrague recién instalado. Así lo advierte Juan José Ebenezer, experto en mecánica, quien señala que este problema aparentemente menor puede obligar a repetir todo el proceso de instalación. «El peor enemigo del embrague es la grasa. Esa grasa que no le damos importancia, pero que puede hacer que todo el proceso y el trabajo de montar un embrague nuevo tenga que repetirse simplemente por unas manchas de grasa en el disco de embrague», explica Ebenezer. El experto detalla que el disco de embrague es un material poroso cuya función principal es generar fricción y evitar que las piezas resbalen entre sí mediante presión.

«Es igual que los discos de freno, es un elemento de desgaste pero es poroso, por lo tanto cuando manchamos de grasa a la hora de un montaje con las manos y lo ponemos, si no tenemos las manos lo suficientemente limpias o lo manchamos de grasa montado, lo limpiamos o simplemente usamos spray a la hora de engrasar algún tornillo vamos a conseguir tener que repetir todo el proceso», añade. El profesional advierte que incluso pequeñas cantidades de grasa pueden comprometer seriamente la funcionalidad del embrague. Según su experiencia, una manipulación incorrecta puede echar a perder un trabajo técnicamente perfecto. La recomendación principal es clara: utilizar guantes completamente limpios y mantener el área de trabajo libre de cualquier sustancia que pueda contaminar las piezas durante el proceso de instalación.

El sistema de embrague es uno de los componentes fundamentales en los vehículos con transmisión manual. Su función principal es conectar y desconectar el motor de la transmisión, permitiendo cambios de marcha suaves y controlando la transferencia de potencia. El disco de embrague, pieza central del sistema, trabaja junto con el plato de presión y el volante de inercia para lograr esta función. Este sistema es particularmente vulnerable a la contaminación por aceites y grasas precisamente por su naturaleza. El disco está recubierto con un material de fricción poroso que debe permanecer absolutamente limpio para funcionar correctamente.

Cuando la grasa contamina esta superficie, la capacidad de fricción disminuye y el embrague comienza a patinar, haciendo imposible la correcta transferencia de potencia. «Ojito, si es muy poco esa mancha, con el mismo calor, fricción y movimiento puede ser que la acabe escupiendo y vuelva a coger adherencia. Pero no es una regla de oro», advierte Juan José Ebenezer, subrayando que no se debe confiar en que el problema se solucione por sí solo. La recomendación es prevenir antes que lamentar, pues el coste de reemplazar un embrague puede superar fácilmente los 800 euros en muchos vehículos modernos, dependiendo del modelo y marca.

Los expertos en mecánica automotriz coinciden en que la instalación de un embrague requiere meticulosidad y atención a los detalles. Además de mantener las piezas libres de grasa, existen otros factores importantes a considerar durante este proceso. La correcta alineación del disco, la verificación del estado del volante de inercia y la calibración adecuada del sistema son aspectos igualmente críticos. «Por norma general siempre que toques un disco de embrague o siempre que trabajes sobre un embrague, a la hora de tocar las piezas nuevas ten siempre todo muy limpio y usar guantes totalmente limpios. Que la grasa es el peor enemigo de los embragues», insiste el mecánico. Esta recomendación aplica tanto para profesionales como para aficionados que realizan sus propias reparaciones.

Otro aspecto relevante que señalan los profesionales es la importancia de utilizar componentes de calidad. Los embragues de marcas reconocidas suelen ofrecer mejores prestaciones y durabilidad, aunque su precio inicial sea superior. A largo plazo, la inversión en piezas de calidad suele resultar más económica al reducir la frecuencia de reemplazos. Los conductores pueden identificar posibles fallos en el sistema de embrague prestando atención a ciertos síntomas. Un embrague que patina, dificultades para cambiar de marcha, ruidos inusuales al pisar el pedal o una sensación de vibración durante la conducción son señales de que algo no funciona correctamente.

Cuando el embrague está contaminado con grasa, uno de los síntomas más evidentes es que el motor aumenta sus revoluciones pero el vehículo no incrementa su velocidad proporcionalmente. Esto sucede porque el disco no puede transferir adecuadamente la potencia debido a la pérdida de fricción. Los expertos recomiendan acudir a un taller especializado ante los primeros síntomas de fallo en el embrague. Un diagnóstico temprano puede evitar daños mayores en la transmisión y otros componentes relacionados, además de prevenir situaciones potencialmente peligrosas durante la conducción.

Mantenimiento preventivo

La durabilidad de un sistema de embrague no solo depende de su correcta instalación sino también de los hábitos de conducción y el mantenimiento preventivo. Los mecánicos recomiendan evitar mantener el pie apoyado sobre el pedal del embrague cuando no es necesario, pues esta práctica provoca un desgaste prematuro de los componentes. Asimismo, realizar cambios de marcha suaves y evitar sobrecargar el vehículo contribuye significativamente a prolongar la vida útil del embrague. En vehículos nuevos, el periodo de rodaje es especialmente importante para garantizar el correcto asentamiento de las piezas.

Los fabricantes estiman que, con un uso adecuado, un embrague puede durar entre 150.000 y 200.000 kilómetros. Sin embargo, este valor puede variar considerablemente dependiendo del tipo de conducción y las condiciones de uso del vehículo. Los vehículos utilizados en entornos urbanos con frecuentes paradas y arranques suelen experimentar un desgaste más acelerado del sistema. Con las recomendaciones de expertos como Juan José Ebenezer, los conductores pueden maximizar la vida útil de sus embragues y evitar gastos innecesarios en reparaciones. La clave está en la prevención, el mantenimiento regular y la atención a los detalles durante cualquier intervención en el sistema.

1 comentario

jahovorem jahovorem | Hace 4 meses

vaya notición, ni que la gente de a pie fuera cambiando embragues por todos lados.

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