El sueño de los bebés genera mucha preocupación entre los padres, especialmente cuando se trata de garantizar que duerman en una posición segura. El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) sigue siendo una de las mayores inquietudes en la crianza durante los primeros meses. Por ello, entender cuál es la postura más recomendada para dormir es fundamental para evitar episodios trágicos y promover hábitos saludables.
En redes sociales, la pediatra Lucía Galán ha aclarado las dudas que surgen con frecuencia entre las familias con bebés de hasta seis meses. En su consulta, a menudo encuentra que los padres, especialmente de lactantes a partir de los tres o cuatro meses, están preocupados porque sus hijos ya se giran solos durante la noche, moviéndose de la posición de supino (boca arriba) a lateral o prono (boca abajo). Esto provoca que los progenitores se pasen horas corrigiendo al bebé para prevenir riesgos.
Galán indica que las recomendaciones científicas actuales y las guías oficiales de salud confirman que, si el bebé ha desarrollado la capacidad de voltearse por sí mismo, no es necesario estar constantemente regresándole a la posición boca arriba mientras duerme. Sin embargo, esto solo aplica para cuando el niño tiene ya suficiente control motor. Si, por el contrario, el bebé tiene entre cero y seis meses —que es el período de mayor vulnerabilidad en cuanto a SMSL—, y se pone boca abajo sin poder volver a darse la vuelta, entonces es aconsejable colocarle nuevamente en posición supina.
Este aspecto puede parecer sencillo, pero para muchas familias representa un fuente de ansiedad importante. Así lo comentó la pediatra tras atender un caso reciente donde unos padres con una bebé de cinco meses estaban agobiados por esta cuestión y reconocían que perdían varias horas intentando que la niña no se quedara en otra postura que no fuera boca arriba.
Recomendaciones oficiales y evidencia científica
En el ámbito de la pediatría, la prevención del SMSL se fundamenta en la correcta posición para dormir, las condiciones ambientales y evitar factores de riesgo conocidos como el tabaquismo, el calor excesivo o el uso de ropa y mantas inadecuadas. El posicionamiento supino es reconocido como la intervención más efectiva para minimizar casos de muerte súbita infantil.
Desde los años noventa, con campañas como dormir boca arriba, se ha observado una notable disminución del SMSL en países con sistemas sanitarios avanzados como España. No obstante, en estas dos últimas décadas, las recomendaciones se han actualizado para adaptarse a los avances en el conocimiento del desarrollo psicomotor de los bebés.
En concreto, a partir de los tres o cuatro meses, cuando los bebés empiezan a ser capaces de girarse espontáneamente desde la posición supina a prono o lateral, las indicaciones ya no insisten en forzar que el niño esté siempre boca arriba. Esto se debe a que, según múltiples estudios, el bebé que puede corregir su postura por sí mismo no corre el riesgo asociado al SMSL como cuando está pasivo en una posición inapropiada.
La plagiocefalia y la importancia de variar la posición durante el sueño
Otro tema conectado que también genera preocupación en los padres es la plagiocefalia posicional, que se manifiesta como un aplanamiento del cráneo por permanecer mucho tiempo en una misma postura, habitualmente boca arriba. Para paliar este problema, Galán recomienda alternar la dirección hacia la que gira la cabeza durante el sueño, siempre que sea bajo supervisión y en un ambiente seguro.
El cambio periódico de la posición de la cabeza favorece una simetría craneal adecuada y, además, ayuda a evitar tensiones musculares o problemas posturales asociados. Está indicado hacerlo alternando el lado al que se gira la cabecita sin forzar movimientos bruscos ni generar estrés en el bebé.
Cómo actuar cuando el bebé no puede voltearse solo
Para casos donde el bebé, entre los cero y seis meses, se coloca boca abajo pero todavía no sabe cómo girarse para volver boca arriba, la recomendación es volver a ponerlo con cuidado y sin alarmismos en la posición supina. Este consejo busca mantener la postura de menor riesgo para el SMSL y está basado en la evidencia que indica que la posición prono sin que el pequeño pueda corregirla es un factor de peligro significativo.
En cualquier situación, es fundamental que esta maniobra se realice sin que los padres se sientan excesivamente agobiados, ya que el estrés y la ansiedad también afectan el bienestar del niño y del entorno familiar. Además, el contacto y la vigilancia responsable durante la noche son indispensables, aprovechando las señales que ofrece el bebé para anticipar o corregir posiciones.