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El oftalmólogo Vicente Miralles aclara si fumar realmente empeora la vista: «Acelera la formación de cataratas»

El experto alerta sobre tres efectos clave del tabaco en los ojos: cataratas, degeneración macular y ojo seco

El oftalmólogo ha emitido la advertencia en redes sociales

| Palma |

La relación entre fumar y la salud visual lleva años siendo objeto de estudio y debate en el campo de la oftalmología. En España, el consenso es claro: el consumo de tabaco tiene efectos nocivos sobre la vista, no solo a largo plazo sino desde etapas relativamente tempranas. Según explica el oftalmólogo Vicente Miralles, el tabaquismo contribuye a acelerar la aparición de cataratas, una condición que afecta la transparencia del cristalino y conduce a la pérdida progresiva de visión. Pero, además, el acto de fumar puede provocar degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) y empeorar condiciones de ojo seco, problemas muy comunes entre la población adulta y mayor en España.

Las cataratas constituyen una de las causas principales de ceguera reversible en el mundo y en España, donde aproximadamente más del 30% de las personas mayores de 65 años padecen algún grado de catarata. Como explica Vicente Miralles, fumar acelera el proceso de opacificación del cristalino, al incrementar el estrés oxidativo y dañar las proteínas que lo forman.

El humo del tabaco contiene sustancias tóxicas que generan radicales libres en el organismo, que, al acumularse en el ojo, provocan alteraciones celulares y degenerativas en tejido ocular. Esto hace que quienes fuman desarrollen cataratas a una edad más temprana que los no fumadores y que además, evolucionen más rápidamente.

Degeneración macular relacionada con el tabaco

La degeneración macular asociada a la edad (DMRE) es un trastorno que afecta la mácula, zona central de la retina responsable de la visión fina y los colores. En España, representa la principal causa de pérdida visual irreversible en mayores de 50 años. El tabaquismo es uno de los factores de riesgo modificables más importantes para la aparición y el avance de la DMRE. Fumar altera la circulación sanguínea en la retina y aumenta la inflamación, contribuyendo a que las células fotorreceptoras mueran prematuramente.

El ojo seco, un trastorno frecuente que afecta a millones de españoles, se caracteriza por una insuficiente producción o una mala calidad de la película lagrimal que protege el globo ocular. Esta condición produce irritación, sensación de arenilla, enrojecimiento y visión borrosa fluctuante. Fumar agrava el síndrome de ojo seco porque los componentes del humo destruyen las células encargadas de la protección de la superficie ocular y promueven una inflamación crónica. En personas que ya sufren de ojo seco, el consumo de tabaco puede aumentar los síntomas y dificultar su manejo clínico.

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